2017… ¡deja un hueco para la esperanza!

Editoriales

El nuevo año ha empezado como terminó el viejo 2016: con atentado yihadista en Estambul y con la muerte violenta de dos mujeres en España. Así, cuesta mucho echar mano de la socorrida esperanza, lo único que nos deja un margen de sosiego de vez en cuando.

No hay que acostumbrarse a la violencia, yihadista o de género, ¡qué más da…! La violencia en sí misma, venga de donde venga, es el peor cáncer que padece el ser humano, un cáncer que llevamos en el alma y que no se puede extirpar fácilmente. Pero otro cáncer, tan peligroso como la violencia, es su invisibilidad. Por eso, hay que condenar cada asesinato, cada atentado, y gritar ¡basta ya!

Este nuevo año no parece que se presente con buenos augurios, pero, aún así, tenemos la obligación de intentar mejorarlo. El país parece haber entrado en una fase de mayor tranquilidad política, algo que baja la crispación y el enfrentamiento social, y que, sin duda, ayuda a centrarse en cosas más productivas. Si nuestros políticos se relajan, los ciudadanos se relajan. No sé si esto es bueno o es malo, pero lo cierto es que buena parte de la mala leche que hemos soportado el pasado año ha venido de ahí. Ha sido un ejercicio muy recurrente que todo el mundo se insultase mutuamente a costa de siglas políticas, y eso es absurdo, porque, al final, no queda nada relevante de tanta tensión. Y cuando digo nada… es nada. Fin de la cita.

La inminente llegada de Trump a la presidencia de la Casa Blanca está provocando muchos soponcios prematuros. Nunca había existido tanta expectación ante la toma de posesión de un presidente. Las dudas son razonables si atendemos a lo dicho por Trump en campaña, pero si tomamos a España como ejemplo, eso no debería ser preocupante, ¿no? El caso es que el rubio Donald ya ha reculado en varias de sus propuestas estrella, aunque no en todas. Sea como fuere, el mundo contiene la respiración ante los muchos interrogantes que se plantean… ¿Qué hará Estados Unidos con el ISIS, con los talibanes, etc.? ¿Cuál va a ser la relación con Rusia? ¿Y con la OTAN? ¿Se van a crear más tensiones internacionales, o se van a relajar? ¿Afectará su mandato al comercio mundial?

Este año se consolidará la salida del Reino Unido del club europeo. Otro lío que parece que no será tan gordo como se preveía. Al menos, para ellos. Si bien se vaticinaba un batacazo financiero… la Bolsa inglesa goza de una estupenda salud desde el referéndum. Mejor que la del resto de socios europeos. Claro que todavía no ha llegado el divorcio oficial… ¿Qué pasará realmente? Si algo he aprendido en mis primeros 50 años de vida es que no hay que fiarse ni de encuestas, ni de previsiones, ni de nada que tenga que ver con el futuro. Es muy, muy suyo, y no le gusta que se le adelanten.

Para Caudete se presentan vientos algo más favorables que hace un lustro. Parece que ya no estamos con la soga al cuello, los proveedores cobran al día y hasta hemos tenido pista de hielo estas Navidades. Hombre, hielo, hielo… Pero vamos, sí que ha sido una actividad más para estas fiestas, que junto a la luces especiales, el mercadillo navideño y las campanadas de Santa Catalina, van dando color a unas fechas que han sufrido lo suyo estos años atrás, cuando daba miedo salir a la calle a pasear. Eso está bien: un poco de optimismo ayuda a todos, hasta a gastar más en nuestro pueblo.

Los Pastores también se han representado este año. Es una obra entrañable para los caudetanos, y más cuando se hace con las ganas que lo han hecho en esta ocasión. Eva María Tecles Ostolaza, Teresa Martínez Díaz y Miguel Pérez Sirera han sido los encargados de poner en escena una obra que tiene gran complejidad. Esta vez, ha sido una mujer, por primera vez, la encargada de encarnar a Lucifer: Teresa Sánchez Arnedo. Las representaciones han sido todo un éxito, y es de agradecer al gran reparto de actores, directores y colaboradores su ilusión y profesionalidad al llevar a cabo este proyecto tan difícil y que tanto gusta a los caudetanos.

Ahora toca esperar a los Reyes Magos, a ver qué se dejan por aquí… Este año recorrerán nueva calles en su Cabalgata, como vienen haciendo desde hace unos años, y saldrán desde el Castillo, para acabar en la Avenida de Villena. ¡Los niños, y no tan niños, ya tienen los nervios a flor de piel!

Y cuando los Reyes se alejen de nuevo hacia Oriente, aquí nos quedaremos para construir, granito a granito, lo que será un nuevo año. Los deseos siempre son buenos. Mi Whatsapp, al menos, así me lo indica: rebosa de frases e imágenes bonitas y llenas de cariño. Ahora falta que todo eso cristalice, y que hagamos lo que podamos para ello. Aunque sea poco, añadamos un granito de arena, y si no, procuremos al menos no tirar ninguno del montón.

Feliz Año 2017

Miguel Llorens Tecles

 

 

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