¡Qué a gusto se va a quedar más de uno poniendo a parir a Rubiales, a Hierro, a Lopetegui, a Florentino y, cómo no… a De Gea! El caso es que la frustración de un país entero tiene que salir por algún lado, y en esta ocasión hay muchos para repartir.
La verdad es que la Selección Española lleva jugando mal bastante tiempo, y aunque se decía que los amistosos no eran partidos determinantes, sí fueron buena muestra de lo que vino después.
Y es que la época dorada pasó, y cuesta reconocerlo. Posiblemente, llegará otra de esas épocas, pero de momento… no se la espera.
El juego de nuestro equipo es muy aburrido. Tener la posesión casi infinita del balón, avanzar metro a metro, como en una guerra de trincheras, pero retroceder en el último momento por si nos roza una bala, es bastante decepcionante para el espectador. Hasta aunque se gane… que no ha sido el caso. Y todos los partidos de este Mundial han sido parecidos, luego no ha sido producto de la casualidad, ni de la mala suerte.
La responsabilidad está en el director de orquesta, fundamentalmente. El entrenador es quien marca la estrategia, y quien da las órdenes, que podrán ser mejor o peor ejecutadas por el equipo. Pero esa estrategia de nuestra Selección, muy manida ya, queda obsoleta en estos tiempos. El aficionado, además de ganar, quiere ver garra en el campo, ganas de comerse al contrario, y lo que vemos es una pachorra que deja un sabor de boca muy malo…
Yo no quiero criticar por criticar, pero es verdad que a nuestra Selección le hace falta una buena ducha fría. Un cambio drástico, un nuevo modelo de juego. No comparto la idea de que algunos jugadores, a título individual, hayan tenido una responsabilidad mayor que otros en el resultado final. De Gea, por ejemplo, ha tenido una actuación pobre, pero no más pobre que el resto. Lo que ocurre es que en un portero todo se magnifica, porque a él es a quien le cuelan los goles. Aún así, reconozco que su actuación ha sido muy floja, y tampoco voy a poner paños calientes a un jugador de su categoría…
Poco más se puede decir. España lo ha hecho mal esta vez, pero hay que seguir apoyándola. Que nadie esconda ni las camisetas de la Selección, ni las banderas. Tampoco hay que destituir a Paco «El Rubio» como psicólogo del equipo. Hay que tener en cuenta que es su primer mundial… y seguro que de aquí a cuatro años los pone finos, física y mentalmente.
Ahora sólo es cuestión de que cada cual elija su selección favorita… ¡y a seguir tomando cervezas con los amigos viendo los partidos, que es lo mejor del fútbol!