Bankia ha anunciado que no hará falta que sus clientes demanden a la entidad para que recuperen lo pagado de más por las cláusulas suelo. Ahora es cuando vamos a ver qué bancos son de fiar y cuáles es mejor dejar de lado.
Bankia admite que lo hace por dos razones. Primero, porque estima en unos 100 millones de euros los costes judiciales de una batalla que se perfila como perdida para los bancos y cajas. En segundo lugar, por mejorar su reputación.
Pues hace muy bien en tratar de mejorar su reputación. Bankia es una de las entidades que más ha sufrido las consecuencias de una gestión nefasta por parte de sus directivos. Entre tarjetas black, cláusulas suelo y preferentes, Bankia ha estado en los infiernos durante unos años. Una buena parte de su clientela es seguro que nunca la recuperará, pero tal vez con estrategias como la que inicia ahora pueda ganar algo de lo perdido en el camino de la indecencia, incluso mantener su actual cartera de clientes.
Hay alguna otra entidad bancaria que está decidida a seguir los pasos de Bankia, léase Mare Nostrum, pero la cuestión aquí es muy clara… ¿Por qué no se obliga a que todas las entidades hagan lo mismo, sin importar si quieren o no? Una vez que se han declarado ilegales las cláusulas suelo, todos los clientes, salvo los que hayan firmado un consentimiento, pueden alegar falta de transparencia en la formalización de su hipoteca. Y si esto es así, cajas y bancos tendrían que tener la obligación directa de devolver lo ilegalmente cobrado.
¿Es necesario llegar a los tribunales para que se nos devuelva nuestro dinero? Si es así, ¿merece nuestro banco que seamos sus clientes? Será interesante saber cómo acaba esto. Si nuestras cajas y bancos son tan buenos como algunos creían, o si el gobierno de España es capaz de pensar por una vez por sus ciudadanos antes que por sus bancos.
Esperemos a ver qué hacen finalmente las entidades bancarias, y actuemos en consecuencia. Un alto porcentaje de ciudadanos tenemos hipotecas, y también muchos están formalizando sus demandas, pero yo esperaría un poco, por si la cordura y el sentido común brilla, y no por su ausencia.