Análisis personal de las Fiestas 2016

Editoriales

dscn3461Unas Fiestas que ya pasan al recuerdo. Para muchos, los sentimientos han sido tan intensos, que todavía tardarán un tiempo en asimilarlo todo. Para otros, simplemente, es cuestión de que la resaca vaya cediendo y el cuerpo vuelva a un estado en el que las constantes vitales sean razonables. Cada cual vive las Fiestas a su manera.

No es fácil hacer este año un resumen global de las Fiestas caudetanas. El tiempo, eso sí, ha sido benévolo. El calor, en algunos momentos, casi asfixiante bajo los terciopelos. Por eso, este año hemos podido vivir unas Fiestas tal y como somos capaces de organizarlas, sin nada que pueda servirnos de excusa.

Hay cosas que apenas cambian. No cambia el entusiasmo y la entrega de las familias que «hacen la Fiesta». No cambia el altísimo nivel de los «Episodios caudetanos», una representación que mantiene la fuerza de toda su tradición y que no cede en las expectativas que sobre ella se tienen. Este año, otra muestra del buen hacer de todos y cada uno de los que tienen algo que ver con nuestra Embajada. ¡Enhorabuena!

No cambia la explosión de alegría colectiva que se produce en la Retreta, y el día 6 entre los festeros, esas ganas de pasarlo bien, y muchos, incluso, de hacer que quienes los ven, disfruten también. ¡Olé!

Otras cosas sí cambian. Nuestras Fiestas siempre han presumido de los tiros, pero si en el año 2007 Caudete pedía alrededor de 3.100 kilos de pólvora, este año hemos rondado los 700 kilos. Si las procesiones hubiesen ido al ritmo que se desarrollaban hace diez años, la Virgen hubiese entrado de día a su Santuario el día 10. Los acompañamientos al Capitán van a menos, las dianas casi han desaparecido, aunque ya se encargan los niños de 6 años de tirar petardos de buen calibre durante todo el día, y hasta la mascletá, debido a los rigores presupuestarios, da un pasito atrás cada año.

El precio de la pólvora y los problemas burocráticos para pedirla, sin embargo, van a más. Entidades decadentes como la UNDEF, la asociación que engloba a todos los pueblos festeros, ha sido incapaz de mejorar un ápice la situación de la pólvora. Esta entidad tiene muy poca entidad, porque pese al alto número de poblaciones que engloba, no ha tenido apenas peso específico para mejorar este problema, salvo intentar tener una patente de trabuco que provocaría, en el mejor de los casos, aumentar los trámites administrativos al tener que conceder la propia UNDEF la autorización pertinente. Y todo esto enmedio de la aprobación por parte del gobierno de un nuevo reglamento de explosivos que, seguramente, endurecerá el uso de la pólvora negra.

Pues si lo tenemos crudo con la pólvora, vayamos a la otra parte fundamental en unas fiestas de moros y cristianos: los desfiles. Está claro que la crisis ha ido reduciendo el número de socios de las Comparsas y, por lo tanto, las escuadras son las que son y los desfiles tienen que ser necesariamente más cortos. Pero éso no tiene por qué ser sinónimo de un mal desfile. Al contrario, un desfile bien organizado, seguido y sin cortes, que dure dos horas menos que antaño, lo agradecería el público y sería todo un éxito. ¿Qué ha ocurrido este año en Caudete? Pues una de cal, y otra de arena.

En nuestro pueblo, tradicionalmente, suele salir mejor el desfile de La Enhorabuena que el de La Entrada. Este año, sin embargo, ha sido al revés. La Entrada transcurrió con relativa buena continuidad, pequeños cortes, pero asumibles… Algunos bonitos boatos, escuadras espectaculares, buenos cabos, mucha música,… Un buen desfile, pese a que, como siempre, se puede decir que acaba en la Plaza del Carmen, ya que la calle Mayor, con su estrechez y la entrega de su público, hace complicado el desfilar.

La Enhorabuena, con su moderno trazado y sus anchas calles, fue un desfile desastroso. Corte tras corte, la paciencia del público se agotó antes de que acabase la Comparsa de Moros. Pero la cosa continuó así hasta el final… Insufrible, pese a la entrega de unas escuadras que, en definitiva, no son las responsables de la situación. Nadie conseguía dar una explicación a que carrozas o escuadras navegasen en solitario por las calles, enmedio de la nada.

El problema de los cortes en nuestros desfiles es de siempre. Algún año se ha hecho diana, y ambos desfiles han salido bien, aunque alguno de esos años ha fallado estrepitosamente la Ofrenda, para no redondear… El caso es que, en mi opinión, falta muchísima colaboración en las Comparsas para programar y controlar bien un desfile. No puede ser que sean los propios presidentes de las Comparsas, y poco más, los encargados de controlar unos desfiles como los que tenemos en Caudete. Hacen falta muchos colaboradores, como ocurre en la inmensa mayoría de poblaciones festeras, que estén atentos al desarrollo del desfile para evitar situaciones como las de este año, o las de otros años.

La cuestión es que si los tiros van a menos y no cuidamos nuestros desfiles, poco nos va a quedar en Caudete a la vuelta de unos años. Porque, además, cada año se intensifican las voces que se alzan pidiendo cambiar las fechas de celebración de nuestras Fiestas, un problema añadido que hace que cada vez sean menos los caudetanos que pueden asistir a las Fiestas de su pueblo. En este sentido, estoy convencido de que Caudete terminará cambiando las fechas de celebración, y que sólo es cuestión de saber en qué plazo.

Quiero destacar la sencillez de un acto como es la Subida del Palo y la Izada de la Bandera. Cada año son más los caudetanos que acuden a la Plaza de la Iglesia, y tanto es así que yo le plantearía a la Asociación de Comparsas si no podría incluirse ya como Acto Oficial en el Guión de Fiestas. Y puestos a proponer, quizás volver a dejar la hora del encendido de la traca del día 10 en las 12 de la noche, ya que no hay muchas razones para mantenerla en la 1:30 del día 11, vista la escasa participación en los actos de tiros.

Las guaridas caudetanas siguen cumpliendo su función. Tal vez sea la pescadilla que se muerde la cola, pero la ausencia de algo fuera de los actos puramente festeros hace que nadie tenga motivos para estar por las calles de Caudete. El día 3 la Plaza de la Iglesia estaba a rebosar, y una sencilla orquesta con música actual y variada fue suficiente para tener a cientos de caudetanos disfrutando de unas fiestas populares. A partir de ahí, la música o era en guarida, o en la carpa. Eso sí, en la carpa a partir de las 4:30 de la madrugada. No tenemos término medio…

Me dejo muchísimas cosas en el tintero, pero no es mi intención hacer una crónica de Fiestas. Simplemente doy algunas pinceladas que no son otra cosa que mi opinión, seguramente muy distinta a la de muchos caudetanos, pero que estoy convencido de que en algunas cosas coincidiremos todos.

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