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Antes de que inicies tu proyecto web

Algunos han ideado un modelo de negocio y luego implementado su operación a través de la web; otros parten de la premisa de que su idea circula sólo en Internet. En cualquier caso, hay ciertos fundamentos que conocer antes de iniciar nuestro sitio web.

Lo primero que hay que aclarar es que un sitio de Internet es primordialmente un proyecto de comunicación. Internet es un medio –quizá, en la actualidad, el más poderoso– en donde puedes publicar tus contenidos para cumplir con un cometido.

Es bueno tener en mente este principio que puede parecer obvio, pero no está de más resaltarlo, ya que muchas personas le dan más importancia a la parafernalia tecnológica que al mensaje que quieren emitir.

¿Cuál es el propósito?

Hay que decir que todo proyecto comunicacional debe responder al menos dos cuestiones elementales: qué queremos decir y a quién va dirigido el mensaje. A partir de allí, se desarrolla un concepto, un lenguaje, una forma de aproximación a nuestro público o target.

En Internet, este concepto y lenguaje modela nuestros contenidos, diseño y funcionalidad. Nunca será igual un portal de noticias que uno que venda calzados en línea. Sus estructuras, apariencias y funcionalidades variarán para buscar satisfacer las expectativas de sus visitantes, que acuden con necesidades distintas.

La tecnología en un proyecto web debe ser como un árbitro en el fútbol: si no figura en el partido, fue que hizo un gran trabajo. Debe suministrar las herramientas para que ocurra la comunicación de la forma más fluida posible, pero no tomar el protagonismo.

El diseño es un elemento llamado a captar la atención del visitante. La idea es disponer los mensajes de la mejor manera, pero el preciosismo no es recomendable. De hecho, últimamente se imponen los diseños minimalistas y grandilocuentes en las tendencias de los proyectos web.

Un dilema que muchos blogueros enfrentan es el de iniciar una página web personal. Incluso en este caso, aplica lo explicado anteriormente.

La primera consideración debería ser si se tiene la intención de monetizar los contenidos, ya que sólo así puede cobrar sentido.

Si, por el contrario, es una simple complacencia al ego, es mejor pensarlo dos veces. Hay que tener muy en cuenta que poseer una web propia implica una inversión recurrente. Es decir, un compromiso de pago a honrar anualmente.

¿Por qué no quedarme solamente con mis redes sociales gratuitas?

Aunque existan opciones un poco más económicas que otras para el hospedaje de sitios web, siempre será más costoso que mantener nuestros contenidos en las redes sociales.

Una cuenta en Twitter apoyada en un Blogspot o WordPress puede darnos la cobertura mediática que requerimos de forma gratuita.

La otra cara de la moneda implica lidiar con aspectos técnicos que, si no dominamos, pueden complicarnos y hacernos desviar recursos y energía de nuestro verdadero propósito. Claro que si nuestro proyecto tiene funcionalidades específicas que necesitamos desarrollar, valdrá la pena adquirir un dominio y recorrer el camino de tener una página propia.

En todo caso, antes de tomar esa decisión, lo correcto es considerarla una inversión y, como tal, analizar su viabilidad, rentabilidad, tasa de retorno y estudiar el mercado, como cualquier otra inversión que hagamos. Hay que evitar decidirlo de forma superficial o, al final, puede ser dinero perdido innecesariamente.

Más allá de mantener los costos del dominio y hospedaje, también habrá que presupuestar partidas para contratar asesorías tecnológicas ante alguna eventualidad.

En todo caso, siempre tendremos a disposición los sitios como www.heti24.fi, en donde podemos conseguir fondos a través de créditos rápidos para apoyar financieramente nuestros emprendimientos en la red de redes.

Redacción - CD

Miguel Llorens fundó Caudete Digital en el año 2000. Apasionado de la informática y de la comunicación, desde la creación de este diario local ha mantenido su vocación de informar y su espíritu de servicio público.