El pasado 17 de marzo, el Consejo de Investigación de Medio Ambiente de Gran Bretaña propuso a los internautas de todo el mundo que sugiriesen a través de su página web un nombre para su flamante nuevo navío de exploración, un buque que ha costado la friolera de 200 millones de libras. Y algún español, conocedor de la historia de nuestro país, propuso un nombre muy «acertado»: Blas de Lezo.
Tras el inesperado éxito de la propuesta, con 50.000 votos en pocas horas, la Armada británica ha retirado el nombre. De hecho, no se puede ni entrar a votar. Según parece, que un barco inglés llevase ese nombre… sería altamente «ofensivo».
Pero, ¿quién fue Blas de Lezo? Si algo bueno ha tenido esta genial idea británica (aunque, al final, les ha salido el tiro por la culata…) es que los españoles estamos descubriendo una de las mayores hazañas bélicas de la historia, y a su artífice: Blas de Lezo y Olabarrieta.
Blas de Lezo fue un almirante español, considerado uno de los mejores estrategas navales de todos los tiempos. A los 25 años ya le había volado una pierna la bala de un cañón (que le tuvieron que amputar sin anestesia durante la principal batalla de la Guerra de Sucesión), lo había dejado tuerto una esquirla y le habían paralizado el brazo de un tiro. A partir de ahí le llamaron el «Medio Hombre». A pesar de estas dificultades, luchó con bravura inusitada contra ingleses, holandeses, piratas del Caribe, participó en la toma de Orán y urdió estratagemas desconocidas hasta entonces en sus múltiples batallas navales, como dejar flotando paja ardiendo para crear cortinas de humo. No temía entrar a bahías protegidas por cañones, ni dudaba en abordar los buques enemigos. Fue capaz de apresar el Stanhope, un navío inglés de 70 cañones mandado por John Combs, que lo triplicaba en fuerzas. Su inteligencia militar no tenía parangón.
Sin embargo, el hecho histórico por el que los británicos consideran «una ofensa» que su barco de exploración se llame Blas de Lezo tuvo lugar en Cartagena de Indias, tras ser nombrado el español comandante general de la plaza. Edward Vernon, un arrogante y chulito almirante inglés, decidió tomar Cartagena de Indias y humillar así a su odiado Blass (como le llamaban los ingleses), para lo que se organizó un despliegue sin precedentes: 36 navíos de línea, 12 fragatas y varios brulotes y bombardas, más 100 barcos de transporte y 39.000 hombres. Los barcos sumaban 2.000 cañones. Blas de Lezo disponía de 3.000 hombres entre tropa regular, milicianos y 600 indios flecheros traídos del interior, y la tropa de desembarco de los seis navíos de guerra de los que disponía la ciudad: el Galicia, que era la nave capitana, San Felipe, San Carlos, África, Dragón y Conquistador.
Y allá que partió la enorme flota hacia lo que hoy es Colombia. El almirante Edward Vernon hizo llegar noticias muy esperanzadoras a su rey, Jorge II, antes de llegar a su destino, y el monarca mandó acuñar medallas conmemorativas en oro para celebrar la segura victoria de su almirante frente al «pobre» Blas de Lezo. Por una cara se podía leer en inglés: El orgullo de España humillado por el almirante Vernon. En la otra cara aparecía la figura de Blas de Lezo en posición suplicante a los pies de Vernon, con la inscripción Auténtico héroe británico, tomó Cartagena en abril de 1741.
Blas de Lezo, gracias a los servicios de inteligencia españoles, sabía lo que se le venía encima, y tuvo tiempo de organizar la defensa de la ciudad. Hundió varios de sus buques para que los ingleses tuviesen dificultad de movimiento y desarmó sus cañones para situarlos estratégicamente en torno a la ciudad. A su llegada, el 13 de marzo de 1741, la flota británica inició un incesante bombardeo, y arrojó sobre Cartagena 6.000 bombas y 18.000 balas de cañón, pero se encontraron con una resistencia tenaz. Tras múltiples intentos de desembarco en diversas zonas, todas rechazadas por la formidable y audaz defensa española, Vernon lanza su asalto definitivo la noche del 19 al 20 de abril sobre el castillo de San Felipe de Barajas con 10.200 soldados.
Pero Blas de Lezo había tomado varias decisiones que fueron decisivas para el desenlace final de la batalla. Mandó excavar un foso en torno al castillo para que las escalas inglesas se quedasen cortas al intentar tomarlo, ordenó cavar una trinchera en zigzag, evitando que los cañones ingleses se acercasen demasiado, y engañó a los británicos con varios «desertores», que llevaron a la tropa inglesa hasta un flanco de la muralla bien protegido, donde fueron masacrados. Además, cuando las tropas inglesas llegaron al castillo y no pudieron utilizar las escalas, se derrumbaron moralmente, y Vernon no tuvo más remedio que retirarse.
A su regreso a Inglaterra, Vernon fue destituido, y el Rey Jorge II ordenó a los historiadores que no escribiesen nada jamás sobre la batalla de Cartagena de Indias. No se podía hablar sobre aquella humillación, y el mundo apenas supo de aquello. Blas de Lezo murió en la misma Cartagena de Indias que había defendido en septiembre de ese año, sin ningún tipo de reconocimiento por parte de su rey, ni de su país. Fue enterrado en una fosa común.
Actualmente, la Armada Española, eso sí, siempre tiene un buque en activo con su nombre. Y las medallas conmemorativas fueron destruidas… aunque quedó alguna para demostrar que no fue un invento.
Ahora ya tenemos más claro por qué los ingleses no pondrán ese nombre a su buque… Aunque ahora, otra iniciativa española pretende proponer otro nombre: Gibraltar Español.
Para mí, que los ingleses terminarán por cerrar la encuesta y ponerle al barco el primer nombre que les venga a la cabeza.