Pocas dudas hay de que estamos inmersos en un proceso de cambio climático, un cambio no natural y que viene inducido por el hombre, muy especialmente por las emisiones descontroladas de gases con efecto invernadero (CO2). En estos momentos, hemos llegado a unos niveles nunca vistos, y la velocidad con la que se producen reacciones naturales a la agresión del medio ambiente es cada vez mayor.
Todo nuestro mundo es algo vivo, aunque muchas veces pensamos que los únicos que estamos vivos, y con derecho a vivir, somos los seres humanos. Sin embargo, somos la especie animal más destructora que ha vivido jamás en este planeta, la que más agresiones le ha provocado, no sólo a nuestro ecosistema, sino al de todas las criaturas de la Tierra. Y lo verdaderamente terrible es que lo sabemos, y no hacemos prácticamente nada por evitarlo.
Los paises "desarrollados" somos los que generamos más gases con efecto invernadero, pero desde que sonaron las primeras alarmas en torno al famoso "agujero de ozono", las medidas adoptadas por la comunidad internacional han servido de muy poco a la hora de frenar el problema. Nuestra perspectiva no alcanza mucho más de unos años más allá: los que puede estar al frente un gobierno, o el promedio de vida de una multinacional. Cien años son muchos años para una empresa que ahora tenga que invertir unos cuantos millones en adaptar su producción con sistemas más ecológicos. Las empresas quieren dinero, y no quieren ni oir hablar de inversiones no productivas. Al menos, la gran mayoría, porque sí hay empresas que se han ido adaptando, pero nos encontramos con que también aqui existe un mercadeo con las cuotas de CO2 que da lugar a situaciones inverosímiles: traficar con las cuotas de gases invernadero se ha convertido en un negocio. Como a mí me corresponden tantas toneladas de emisión de CO2 al año y no lo gasto todo, te lo vendo a ti para que puedas emitir más… ¡Vaya solución! Lo ideal sería que aquel que pueda emitir menos gases a la atmósfera, ¡simplemente lo haga! Pero no, somos tan listos que hasta esto lo hemos convertido en un negocio muy rentable.
El clima es consecuencia del vínculo que existe entre la atmósfera, los océanos, las capas de hielos y los organismos vivientes. Todo ello está entrelazado y forma parte de un proceso dinámico. Alterar de forma artificial este proceso, como está ocurriendo, afecta al clima a nivel planetario. Las consecuencias las vemos cada día en la televisión, con inundaciones "nunca vistas", tornados "nunca vistos" o periodos de sequía, también, "nunca vistos". Y no es que estos fenómenos no hayan ocurrido siempre, sino que se dan en zonas no habituales, a destiempo o con virulencia extrema, cada vez mayor. El nivel de los mares aumenta, como consecuencia del deshielo de los polos, pero también por la propia dilatación del agua, y de seguir así, las ciudades costeras se encontrarán con un problema gravísimo antes de lo esperado. Ciudades como Miami, Shangai, Alejandría y otras muchas trabajan intensamente para evitar quedar inundadas en pocas décadas…
¿Servirán de algo las conferencias internacionales sobre el clima? Pese a las evidencias, los paises todavía no son contundentes con las soluciones. Aunque se trata de una cuestión meramente económica (en su mayor parte), paradójicamente se antepone el dinero a las próximas generaciones de seres humanos que poblarán nuestro planeta dentro de cien o doscientos años… Cien años son tres o cuatro generaciones, así que no estamos hablando de periodos de tiempo de miles años, no hablamos de la desaparición del sol, ni nada de eso… Hablamos de algo que está a la vuelta de la esquina, no de ciencia ficción.
Mientras tanto, no sólo las empresas pueden hacer cosas por el medio ambiente. Todos nosotros podemos hacer pequeños gestos que influirán y que aportarán un grano de arena en mejorar la situación. Por ejemplo, usemos lo menos posible el coche, andemos más, pero si lo usamos, tengamos el coche en condiciones para que no emita más gases de los necesarios, las ruedas correctamente hinchadas,… Cambiemos las luces de nuestra casa por leds, que consumen mucha menos electricidad, aislemos correctamente nuestros hogares, hagamos un uso eficiente del agua, procuremos no producir mucha basura, y reciclemos la que generemos… No cuesta tanto, y contribuiremos con el medio ambiente, y a la vez seremos más conscientes de nuestro entorno. En definitiva, de nuestro mundo.
