Etapa 10 – 02 de mayo de 2018

Aunque hay mucha gente en el albergue, siguiendo nuestra costumbre, Josรฉ, Martรญn y yo nos quedamos, prรกcticamente, los รบltimos para salir. Como es costumbre tambiรฉn, Alicia y su padre han salido un poco antes.

Hoy ya andamos juntos desde el inicio de la etapa. Me encuentro muy recuperado y ando bien. ยกBenditas chanclas!

El recorrido, como siempre, es muy hermoso. Y variado. De sendas boscosas, a prados de un verde escandaloso.

Parece que amenaza lluvia… Como hoy vamos muy tranquilones, nos protegemos en una parada muy vieja de bus, pero que tiene techo. Nos sentamos, pero, al final, apenas caen unas gotas. Cuando nos vamos, llega un peregrino de Alicante. Tras una breve charla, seguimos la marcha.

Como no podรญa ser de otra forma… empieza a llover, y toca disfrazarse. Despuรฉs de media hora, llegamos a la altura de un pequeรฑo bar. Sin dudarlo, entramos a tomar queso, chorizo y pan casero. Y vino, por supuesto. ยกQue nunca falte el vino! Casi a punto e irnos, llegan Alejandra y Francois.

Un buen avituallamiento, aunque la seรฑora no era de mucho hablar… No importa, todo estaba buenรญsimo, y ha dejado de llover. Nos despedimos de los franceses, y seguimos… ยกSin mucha prisa, la verdad!

La etapa se hace larga, algo a lo que contribuye nuestro ritmo, mรกs bien lento, pero terminamos por llegar al albergue, uno de los privados de Ferreira (Cruz de Ferreira). Estรก aislado, no hay nada cerca, y los otros dos albergues estรกn, mรกs o menos, a un kilรณmetro. ยกUn abismo, andando!

Pero el albergue estรก muy bien equipado, y el hospitalero es, ademรกs, el cocinero. Nos ofrece un menรบ por 8 euros que incluye fabada. Todos cenamos allรญ y, encima, estamos casi solos. Francoise y Alejandra tambiรฉn acaban por instalarse allรญ.

Los ronquidos

Es un clรกsico del Camino de Santiago: el sonido de los ronquidos.

En este viaje ha habido dos o tres noches antolรณgicas. Otras, apenas he oรญdo nada, cosa rara…

Como ya sabรญa, yo unas veces ronco, y otras no tanto. Estoy en la media. A fin de cuentas, casi todo el mundo ronca. Las mujeres, de forma menos escandalosa, pero tambiรฉn.

Pero hay quien es un profesional del ronquido. Este roncador es temible. Empieza a roncar apenas cierra los ojos, y enseguida alcanza volumen de moto sin tubo de escape. Brutal. Ademรกs, es inmune a esos chasqueos que le dedican los vecinos de litera en un intento por mitigar su roncar desaforado. Yo sรฉ que no, pero es como si lo hicieran adrede.

Por la maรฑana, a veces hay algรบn cruce de miradas asesinas, enturbiadas, claro estรก, por las ojeras de no dormir.

Pero aquรญ, todo se perdona. Y si no, no vengas. Ten claro que los ronquidos forman parte indisoluble del Camino de Santiago.

Consejo: no olvides traer tapones para los oรญdos. Igual te ayuda…


 

รNDICE