Etapa 12 – 04 de mayo de 2018
Penúltima etapa…
El recorrido es una fila casi constante de peregrinos. Los numerosos bares que pueblan los márgenes del itinerario están llenos. El Camino de Santiago, a una jornada de la catedral, ya es una fiesta. Nada que ver con las tres cuartas partes del Camino Primitivo, donde la soledad es una constante.
Contagiados por el ambiente, los cinco paramos en uno de los bares. La idea es tomar una caña y seguir, pero tras dos horas tomando cañas y algún chupito de orujo de café, llegan Alejandra y Francois. Nos invitan a diferentes quesos que han comprado, y sigue la fiesta…
Puede decirse que ha sido el día de celebración de nuestro Camino. Hemos compartido un tiempo de relajación, en vísperas de la conclusión de un viaje mágico. Mañana, nos despediremos… Hoy toca reir y disfrutar. Lo hemos logrado, pese a todo…
Pero aún no hemos llegado. O Pedrouzo todavía queda lejos… ¡Habrá que seguir!
Coincidimos con quienes llevan a la Muñeca Viajera y Solidaria, una muñeca que tiene el record Guinnes de ser la más viajera del mundo. Su fin es solidario con los niños desfavorecidos de todo el mundo. Nos hacemos unas fotos con ella…
Tras otra parada, esta vez a tomar unos estupendos bocadillos de raixo, llegamos a O Pedrouzo y nos alojamos en el albergue municipal. Está casi lleno, y a mí me toca, por primera vez en este Camino, en la parte superior de una litera. Aunque prefiero la parte inferior, tampoco pasa nada.
Peor es la ducha, que será con agua fría, según me comenta alguien que también está duchándose. Parece ser que el depósito se ha vaciado… ¡Qué suerte! Como ya estoy metido en el plato, decido ducharme sí o sí, con la esperanza de que aún salga un poco tibia. Pero ni por asomo. Congelada.
Dormimos cada uno por una parte del albergue… El Camino Francés es lo que tiene: aglomeración.
¿Solo o acompañado?
Mucha gente me pregunta si es mejor ir solo o acompañado al Camino de Santiago. La pregunta es peliaguda, porque gente de tu entorno se lo puede tomar a mal…
Mi respuesta es solo, sea hombre o mujer. Esta es, para mí, la primera opción.
La segunda opción podría ser un amigo, o dos, de mucha confianza, y de los que conozcas bien su carácter. De lo contrario, puedes volver con menos amigos de los que llevaste.
La opción marido o esposa, es peligrosa. No digo que sea malo. Digo que es peligrosa… Eso lo tendrán que valorar los dos, no sólo uno. Y ser muy, muy sinceros en la valoración. Pero hay que tener en cuenta que la cantidad de situaciones en las que la confianza puede dar asquito… van a ser muchísimas. Constantes, incluso. Puede utilizarse como prueba de estabilidad, pero con el riesgo de no pasarla o, como mínimo, arruinar las expectativas del Camino.
No quiero decir con esto que no recomiende que los matrimonios hagan juntos el Camino de Santiago. Pero sí que es recomendable mentalizarse bien. Nada más.
Desde luego, la opción que yo recomiendo, como ya he dicho, es la de hacerlo en solitario.
Como curiosidad, en este último Camino he podido ver que las mujeres superan a los hombres, al menos en el Camino Francés. Solas o en grupos, las mujeres cada vez son más numerosas. Incluso en el Primitivo, he podido ver mujeres que van solas, algo que antes era más difícil de ver.