Hoy en día, ligar en Internet se ha convertido en algo completamente normal. Pero no siempre fue así. Hasta hace bien poco, era difícil imaginar la posibilidad de contactar con alguien de otro país o continente en un par de clics, charlar a través de video y no pagar una suma desorbitada de dinero.

La tecnología ha tenido avances tremendos en las últimas décadas. Por ejemplo, en 1980, Internet tenía conectadas solo 25 pequeñas redes y en 1995 ya existían más de 44 mil redes en 160 países. En aquellos tiempos, alrededor de 50 millones de nuevos usuarios se conectaban a la Red cada año.

Hoy, según el estudio Digital 2022 Global Statshot de DataReportal, más de 5 mil millones de personas en el mundo usan Internet. Esto es alrededor del 63% de la población mundial y es un número que seguro se incrementará en un futuro cercano.

¡Ahora, dejemos las estadísticas y pasemos a hablar sobre nuestro tema principal!

Cómo ha cambiado el chatroulette los principios de las citas en Internet

Con el desarrollo de la tecnología, los usuarios tienen a su alcance una gran variedad de herramientas para la comunicación en la Red: redes sociales, mensajería instantánea, foros temáticos, páginas web, aplicaciones de citas y, por supuesto, los video chats, también llamados chat roulettes.

Un chat roulette al azar es una página web o aplicación cuya función principal es la de conectar usuarios al azar a través de video. Aquí no puedes elegir con quién vas a hablar, solo especificar algunos parámetros en la búsqueda para ‘ayudar’ al sistema a realizar una mejor elección. ¡A la gente le encanta!

La historia del chat roulette empieza en 2009, cuando se lanzan las primeras plataformas: Omegle y Chatroulette. Ambos servicios se volvieron súper populares en un corto periodo de tiempo, aunque no eran perfectos. Ambos sufrían de una terrible moderación de usuarios y la falta de cómodos filtros para la búsqueda de usuarios. Por eso, es lógico que pronto aparecieran numerosas alternativas de otros desarrolladores. Muchas de estas alternativas han conseguido aportar algo nuevo y único al formato del chat al azar.

Un buen ejemplo de una plataforma de comunicación con este formato es CooMeet. Por un lado, es un clásico recurso de roulette chat que resultará familiar para cualquiera que haya utilizado este formato de comunicación al menos una vez en su vida. Por otro, CooMeet ofrece varias características y mejoras:

CooMeet, por supuesto, no es el único chat roulette al azar que merece tu atención. También existen alternativas:

Los chats al azar te dan la oportunidad de abandonar los servicios clásicos de citas, que para muchos se ha vuelto una rutina diaria. Olvídate de  ‘swipes’ sin fin y horas estudiando perfiles de usuario. No necesitas rellenar ni actualizar la información de tu cuenta, subir fotos, crear texto sobre ti para atraer la atención de otros usuarios, etc. En el chatroulette, haces clic en ‘Comenzar’ y en unos momentos el sistema selecciona para ti alguien con quien hablar. ¡Así de simple, asequible y rápido!

Este formato tiene, por supuesto, sus desventajas. Siguen existiendo aún muchos trolls en Internet y usuarios inadecuados en los videochats al azar. Algunas plataformas también están llenas de anuncios intrusivos. Otras solo te permiten el acceso a su plataforma si pagas. Aun así, objetivamente sigue siendo un gran formato para aquellos que quieren hacer nuevos contactos, hacer amigos o incluso encontrar el amor en Internet.

¿Qué posibilidades hay de encontrar el amor en un chat al azar?

¡Muchas!

Existen numerosas historias románticas, interesantes e incluso divertidas en Internet sobre gente que se conoció en un chat al azar y, como resultado, comenzaron una relación sentimental seria. Por ejemplo, podemos compartir la historia de Sarah Dill, una estudiante del Fashion Institute of Technology de Nueva York.

Sarah compartió su historia en la revista Cosmopolitan. Según ella, un día estaba en la residencia de estudiantes con una amiga cuando decidieron charlar con alguien en Chatroulette. Sarah nunca había visitado esta página antes y no tenía ninguna expectación. Entre los usuarios al azar, recalcó un chico borracho con acento británico, hombres bailando, etc. Pero en un momento dado conocieron a Ben, un chico joven y agradable con una guitarra.

Comenzó una conversación que duró tres horas. Sarah y Ben intercambiaron sus perfiles de Facebook. Al principio se comunicaban a través de mensajes de texto, después pasaron a tener llamadas diarias a través de Skype y un mes más tarde, Ben viajó casi 5.000 kilómetros para conocer a Sarah en persona. Esa primera vez fue ideal y los amantes comenzaron una relación.

Este es solo uno de los muchos ejemplos sobre cómo un chat al azar puede unir a dos personas que, de otra forma, nunca se hubieran conocido. Por lo tanto, si alguien te dice que este formato no funciona para encontrar pareja y tener una relación seria, no hagas caso. ¡Todo es posible!