Caudete está en una situación económica desesperada. El ciudadano medio no es consciente todavía de la situación real, y esto está condicionando prácticamente todo en la actividad municipal. Las tensiones que esto genera, la frustración de quienes estamos al frente de concejalías y la impotencia que se traslada a todos los ámbitos es, realmente, desilusionante. No poder ofrecer nada a los ciudadanos, exigirles esfuerzos y pocas satisfacciones… desanima a cualquiera. Es difícil encontrar parangón en nuestra historia local a esta situación. Y no se trata de una mala gestión: Caudete gasta más de un millón de euros menos que gastaba, pero el problema está en que los ingresos son dos millones menos, como mínimo, por lo que la deuda es asfixiante, los intereses nos comen y lo peor es que ni siquiera tenemos medios de financiación.
Ismael ha sufrido, como el resto de quienes dirigimos alguna concejalía, esta lamentable situación. Pero, además, diferencias de criterio importantes, como él dice, le llevan a tomar una decisión dura y, seguramente, muy meditada. Es una decisión personal, su decisión, y hay que respetarla. Yo viví algo parecido el año pasado, pero sigo siendo concejal porque me pareció, y me parece, que aún puedo tratar de hacer algo por mis paisanos en el tema festero, una gran pasión que, pese a las innumerables dificultades, todavía llevo en el corazón, y creo que merece la pena luchar por ello hasta donde me sea posible.
Deseo suerte a Ismael, y también se la deseo, por el bien de todos, al Grupo de Gobierno, en unos momentos muy delicados para Caudete. Apelo también a la responsabilidad del Grupo Socialista, a su apoyo en lo que yo calificaría como de "situación límite" para nuestro pueblo. Por el bien común, y por sentido de la responsabilidad, es momento de hablar y de tomar las decisiones correctas para que Caudete no llegue al abismo.