Recién llegado de un viaje de apenas venticuatro horas, recibí la llamada ayer de Francisco Estarellas comunicándome su dimisión, una renuncia que presentaría, según me dijo, en el Pleno que se tenía que celebrar pocas horas después. Mi sorpresa, tengo que decirlo, fue mayúscula…
Los acontecimientos ocurridos en el Pleno, sin embargo, le llevaron a posponer su dimisión, creo que en un ejercicio de responsabilidad, hasta el próximo lunes, día en el que tendrá lugar un Pleno Extraordinario y Urgente que tratará un tema directamente relacionado con un buen número de empleos en nuestro pueblo. Así las cosas, Estarellas hizo pública su renuncia como concejal para el lunes, ya que entregará su acta al Partido Popular. Además, publicó en los medios de comunicación que también había enviado un burofax a la dirección del Partido Popular en Albacete para cesar en su militancia tras veinte años en el partido.
Hay que reconocer que, periodísticamente hablando, la legislatura que ahora termina en Caudete ha sido apasionante. Digo periodísticamente porque lejos de la estabilidad que se presupone a la hora de entrar a gobernar un grupo municipal, los cuatro años "populares" en el Ayuntamiento de Caudete han sido particularmente revueltos, especialmente desde que a mitad de legislatura se firmó aquel famoso pacto con Chimo Medina. Aquel fue el punto de inflexión a partir del cual pocas cosas volvieron a ser iguales en el seno del gobierno municipal.
Sobre aquel pacto existen opiniones para todos los gustos, y de la misma forma que hay quien piensa que fue la solución para que los populares mantuviesen la alcaldía, otros lo consideramos como uno de los mayores errores estratégicos de la legislatura por parte del Partido Popular. Mi opinión es pública y perfectamente conocida, porque significó salir del grupo popular y ser, a partir de entonces, concejal no adscrito. Como se vió al poco, aquel pacto no sirvió absolutamente para nada, salvo para hacer tambalearse los cimientos de un grupo hasta entonces unido, con las lógicas diferencias puntuales que existen siempre entre las personas.
En marzo de 2014 fue Ismael Sánchez, concejal de Sanidad y Juventud, quien dimitió, y en agosto del mismo año lo hizo la hasta entonces concejala de Cultura, Amelia Verdú. Si bien Ismael expresó claramente "diferencias" con el equipo de gobierno, Amelia hizo más alusión a cuestiones personales.
Ahora, Estarellas alude también a una legislatura en la que el desgaste personal ha sido de gran intensidad. Y no es de extrañar, dada la carga de trabajo que ha tenido que soportar en los últimos tiempos, puesto que han sido muchas las áreas de responsabilidad que ha tenido que asumir. Tampoco le ha ayudado el hecho de ser, aparte del alcalde, el único concejal que ha tenido un sueldo en el Consistorio desde que se rompió el pacto con Chimo Medina, lo que le ha obligado a asumir una mayor responsabilidad en las tareas municipales. Y es que compaginar el trabajo personal con el municipal no es una tarea fácil, ni mucho menos, y Francisco se ha dedicado a diario, en cuerpo y alma, a la gestión municipal. Haciendo un pequeño inciso en este punto, yo recomendaría a la próxima Corporación que se deje de demagogia barata, puesto que dos o tres concejales tienen que estar en el Ayuntamiento para atender a los ciudadanos, y para ello es necesario que tengan un sueldo, mayor o menor, como cualquier otro trabajador.
No voy a justificar o criticar las decisiones que tome cada cual en política, y no es ésta una excepción. Francisco sabrá realmente sus motivos y todos tenemos que respetarlos. Hemos sido compañeros y hemos colaborado en multitud de proyectos municipales, cada uno desde sus concejalías, y le agradezco el apoyo que me ha prestado cuando lo he necesitado. Es evidente que él es mucho más político que yo, y la visión de las cosas no puede ser la misma, pero, desde su perspectiva, estoy seguro de que siempre ha actuado por el bien del pueblo.
Es una lástima que un grupo que inició con mucha ilusión la legislatura haya acabado tan fragmentado, pero la política, y especialmente la situación de crisis y de ingobernabilidad municipal, han sido determinantes. No deseo a los próximos gobernantes otros cuatro años como los pasados, y, pese a todo, doy las gracias a todos los concejales, a los que están y a los que estuvieron, por su trabajo y su dedicación por sus vecinos.