El alcalde de Caudete, José Miguel Mollá, afirmó, en declaraciones a La Tribuna de Albacete, que el Ayuntamiento que preside está haciendo pagos a la Fundación ASLA, responsable del centro de trabajadores con discapacidad intelectual de la localidad «saltándonos incluso la ley».
Mollá quiso salir así al paso de la controversia y las críticas provocados por la delicada situación que padece dicho centro, que realiza diversos trabajos de jardinería y de mantenimiento para el Consistorio a través de una contrata, y a cuyos trabajadores, que son además personas aquejadas de discapacidad, se les deben entre cinco y seis meses de sueldo.
«En estos momentos, la cantidad pendiente de pago es de unos 75.000 euros -señaló- que pueden parecer poco, pero en estos momentos, para el Ayuntamiento son mucho, porque arrastramos desde legislaturas anteriores una deuda de 12 millones de euros que nos impone unos límites muy rigurosos en la gestión municipal».
Entre dichas limitaciones, está la de seguir un orden muy riguroso a la hora de hacer los pagos «orden que, por decisión personal, por conciencia, me estoy saltando para poner antes a la Fundación ASLA incluso en contra del criterio del interventor municipal, esto es, me estoy saltando la ley, así de claro».
De esta forma, cada vez que firma un pago para la Fundación, la Intervención adjunta un informe por el que se opone al pago «y lo hace porque es su deber, que quede claro», y ese informe va al Tribunal de Cuentas como parte de la documentación que debe remitirse, cada año, al principal órgano de fiscalización de las administraciones de nuestro país.
«Sé perfectamente que me estoy jugando una sanción o algo peor -afirmó- pero, en conciencia, prefiero asumir personalmente toda la responsabilidad por estos hechos, para así poder hacer pagos a la Fundación siempre que es posible, porque, además, no siempre es posible hacerlo a causa de la Ley de Estabilidad Presupuestaria».
Dicha Ley, promulgada por el propio Gobierno del PP, señala de forma tajante, que no se puede pagar una ayuda o subvención «a nadie» si, previamente, no ha justificado los gastos. Un artículo cuyo espíritu comparte el alcalde caudetano, pero cuya letra ha provocado una situación «imposible» que ha atrapado a la Fundación ASLA y a la Corporación Local.
«Es un círculo vicioso; como la Fundación atraviesa problemas económicos muy serios, no puede hacer los pagos con regularidad; como no puede pagar con regularidad, no puede justificar los pagos; como no puede justificar los pagos, no podemos pagar; como no podemos pagar, la situación de ASLA empeora, de forma que tiene más problemas para pagar y todo vuelve a empezar, pero aún peor».
De vez en cuando, admite el alcalde, los propios socios de ASLA ponen dinero «hasta de su patrimonio» para mantener vivo el centro «y entonces nosotros nos apresuramos a hacer un ingreso desde el Ayuntamiento, en proporción a lo ellos ponen, saltándonos a la torera cualquier norma vigente».
Mollá recordó, además, que el pasado mes de mayo, el Pleno municipal aprobó, por unanimidad, la renovación del convenio con ASLA, para poder hacer un pago de 38.000 euros, para poder pagar a los trabajadores parte de lo que se adeuda, «y sé que, como mucho, esto es un pequeño consuelo para las familias de unos trabajadores que se merecen todo el apoyo del mundo; lo admito, tienen todo el derecho del mundo a estar dolidos, pero es que estamos con las manos atadas, no podemos hacer más de lo que ya hacemos».