Chinchilla dispone de su propio monumento funerario de Pozo Moro. El cantero Francisco Carrión, de Caudete, ha realizado una réplica de esta singular pieza, hallada hace casi medio siglo en el paraje chinchillano que le da el nombre, a 14 kilómetros de la localidad, y que hoy se encuentra custodiada en el Museo Arqueológico Nacional.
«Queremos dinamizar el turismo, atraer a visitantes y por supuesto a personas con interés en el mundo arqueológico», subrayó el alcalde, José Ignacio Díaz Huedo, que aspira a que esta réplica del monumento se convierta en un lugar más a conocer por quienes se acerquen a la histórica localidad.
Para su ubicación se ha elegido un mirador que está en la conocida como Subida del Mortirolo, una ruta que conduce al imponente castillo. «En la localidad no existía ninguna referencia a esta joya del arte íbero y creíamos que debía de haberla», insistió el regidor chinchillano.
Los primeros trabajos sobre el monumento se hicieron desde la Universidad Popular de Chinchilla y su Taller de Cantería, siendo Paco el profesor y trabajando activamente los alumnos del taller.
En torno a este monumento se desarrolló una necrópolis ibérica. Tiene sus orígenes en sepulcros neohititas y data de fines del siglo VI antes de Cristo. Esta pieza única es una de las más importantes expuestas en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
Redacción – Caudete Digital