Escrito de opinión de Felipe Bañón Graciá
«SOBRE ECONOMIA Y PRESUPUESTOS
(Estimado lector, aunque es un poco largo, he reducido el borrador inicial y he tratado de simplificar los conceptos, pero si no termina de leerlo, recuerde, no podrá criticarme… Ande, haga un pequeño esfuerzo, le doy mi palabra de que si algo no lo entiende estoy a su disposición para aclarárselo.)
Una vez pasadas las Fiestas de septiembre, en nuestro pueblo, Política y Economía van a ir juntas de la mano hasta finales de año. Parece el momento indicado para que nuestros ediles comiencen la labor de preparar el presupuesto económico del 2016, pues dicho documento regirá la vida económica de nuestro municipio, y aunque creamos que eso es sólo cosa de los políticos, ni qué decir tiene que, aunque nosotros pasemos de la política, dicha proyección político-económica nos afectará a lo largo de todo el 2016, y posiblemente también en años posteriores.
Este presupuesto desde luego que sí va a ser diferente a todo lo hecho hasta la fecha. Jamás en Caudete, y creo que en ningún otro municipio, se había dado el caso de que todos los concejales municipales, independientemente del partido que representen, tuviesen responsabilidad de gobierno, lo que indudablemente producirá tensiones entre los concejales a los que les pueda afectar recortes o sujeción presupuestaria, mientras, posiblemente en otras delegaciones, pueda haber incrementos de masa presupuestaria. Esto no sólo puede generar tensiones entre los partidos, que era lo habitual, sino tensiones entre los propios concejales, que llevan el peso de tener una responsabilidad de gobierno y «quieren quedar bien» ante la opinión publica, o raspar, según su visión, unos cuantos votos a través de su gestión, para lo cual, indudablemente, hace falta dinero.
Entonces, ¿cómo afrontar el asunto?
Desde un punto de vista solamente económico, no es relativamente difícil. Un ama de casa ante dicho dilema lo haría fácil: igualemos los gastos a los ingresos, y si mi marido cobra 1.000 € al mes no puedo gastarme más de lo que cobra. En Política la cosa cambia. Un mal político, que son los que estamos acostumbrados a tener rondando por dichos cargos, haría lo contrario, se preguntaría cuánto me quiero gastar y luego ajustaría los ingresos mediante el cobro de tasas e impuestos, pero si todavía es más malo, (ojo, que los hay) haría un doble salto mortal, que consiste en lo siguiente: como subir mucho los impuestos está mal visto y no da votos, subo sólo un poco, aunque a sabiendas sepa que no cubro los gastos, y el dinero que me falta se lo pido a un banco.
Este avispado político cree que acaba de resolver el problema, la gente está contenta porque paga poco, yo les doy servicios, que es lo que piden, y el banco pone el dinero que falta. ¡Coño, si que es listo el tío! Y ahora, el triple salto mortal: decirle a la gente que mi presupuesto es muy social, que yo sí que les doy servicios, y como una compañía low-cost: a bajo coste. Vendo todo el pastel y quedo como Dios. Pero… ¿esto quedaría así?
Por su puesto que no. Dicha trayectoria prolongada en el tiempo nos trae a la realidad más dura, la que al cabo de unos pocos años tenemos: unos préstamos de 12 millones de euros, y que los intereses que pagamos ascienden a cantidades astronómicas cercanas en los primeros años a 400.000 €. Esa es casi la misma cantidad que nos cuestan todas las actividades Socio-Culturales-Deportivas de Caudete durante un año. Esta cuestión me hace plantearme una pregunta: ¿no es acaso más Social no haber endeudado al Ayuntamiento en dicha magnitud, y haber dedicado esos 400.000 € al año en obras de verdad Sociales, para la gente que lo necesita, y no dárselo a los Bancos?
El dinero que se llevan los bancos no revierte en ningún beneficio para el pueblo, y el no va más es cuando se llega al techo de endeudamiento, cuando ya, aunque de verdad los necesites, no te puedan dar mas créditos. Entonces es cuando llegas al clímax de la mala gestión y, aun así, cuando una persona sensata como usted o yo creemos que ante dicha situación la reflexión te dice que habrá que ajustar la economía (no existe el ajuste sin apretarse el cinturón), siguen diciéndole a la gente que tenemos capacidad de endeudamiento, que podemos seguir ofreciendo servicios por debajo de su costo, que no hace falta subir los impuestos, que todo está bien… Lo más lamentable de todo es que el que lo dice, sabe que no es cierto, que no está todo bien, que se hicieron muchas cosas mal, otras bien, cómo no, pero en la balanza, el peso de lo mal hecho es muy superior, y la realidad actual no puede ocultarse.
Estamos en el filo de la navaja. Por lo tanto, ante dicha realidad, ¿en qué lado de la navaja estarán nuestros ediles? Cierto es que decirle a nuestros ciudadanos la verdad es muy duro, políticamente poco aconsejable, pero personalmente siempre he preferido la verdad y afrontar los hechos de cara, y si tenemos que decirle a las personas que hay que reducir algunos servicios, pero que al mismo tiempo tenemos que subir algunas tasas e impuestos, cuanto antes expliquemos a nuestros ciudadanos la verdad, antes empezaremos a cambiar el rumbo, antes empezaremos a arreglar lo estropeado, aunque en las próximas elecciones no salgamos elegidos.»
Escrito de opinión personal. Luis F. Bañón Graciá, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Caudete