Editorial – Caudete Digital /
Creo que la decisión ha sido la esperada, que no deseada, por todos: este año no habrá Fiestas. Era la opción más lógica en un año en el que nos hemos ido acostumbrando a muchas cosas, y casi todas complicadas.
Aunque mi amigo Gaspar Albertos abogaba abiertamente en su último escrito por celebrarlas, y ofrecía razones contundentes a favor de ello, lo cierto es que la prudencia ha pesado más que cualquier otra consideración. Y no es para menos, porque por pequeña que fuese la posibilidad de un rebrote, o de generarse un foco de contagio que pudiese asociarse a la celebración de las Fiestas, supondría una responsabilidad y un cargo de conciencia difícil de sobrellevar.
Y no hay necesidad de correr ese riesgo, máxime cuando son otras personas las que se pueden ver perjudicadas por una mala decisión. Por eso, aunque como festero, vuelvo a repetir, hubiese deseado celebrarlas como cada año, era muy complicado que eso ocurriese. La decisión, sin duda, ha sido la acertada.
Quiero felicitar a los caudetanos por este acuerdo, pues una vez adoptado y asumido por todos, nos permite congratularnos como sociedad por haber evitado un riesgo, afianzar el deseo de celebrar unas grandísimas Fiestas en 2021 y, a la vez, poder solidarizarnos, ahora sí, con todos aquellos que pusieron su ilusión por representar a sus Comparsas este año. Me refiero a las familias que este año «hacían la Fiesta», y que tendrán que esperar un poco más para poder disfrutar de su sueño.
También hay muchos caudetanos que trabajan por y para las Fiestas: aquellos que confeccionan los trajes, las que bordan, diseñan, bailan en boatos… Todos ellos van a tener un pequeño bache este año, sin duda. Pero todos, al final, nos hemos visto perjudicados en esta crisis sanitaria, en la que la economía también se ha visto muy afectada. Una razón más para dejar pasar este año aciago y recargarnos de ilusión, y de un poco de dinero, para 2021.
Los primeros días de septiembre seguirán teniendo un encanto especial, y aunque el 6 de septiembre por la tarde no resuenen las bandas junto al Santo Cristo, mientras las Escuadras preparan su salida en La Entrada, o el 7 no resuenen los tiros por el pueblo, estoy seguro de que los festeros no podremos evitar una cierta emoción recorriendo nuestras venas. Va a ser raro, es cierto, pero siempre reconforta saber que el motivo es bueno para todos.
Lo que es menester, y seguro que es así, es que el día 7, del próximo año, haya tiros…