La imagen de Aylan inmóvil, boca abajo, en esa playa desierta y triste, es una de las imágenes más desgarradoras que he podido contemplar. Es la expresión de la más absoluta desolación, por el niño, por su familia, por el mundo. Ahí yacía la humanidad entera, rota por la humanidad entera.
La desesperación que viven estos días miles y miles de inmigrantes, desplazados a la fuerza por un puro sentido de la supervivencia, no puede ser obviado por nadie. No podemos entrar en discusiones políticas, en cuotas, ni en demagogias. Esas personas están ahí porque si se quedan, los matan. Es tan terriblemente sencillo como eso. Y ante la catástrofe, sólo cabe la ayuda urgente, y después se verá cómo gestionar la burocracia.
El problema de la inmigración masiva va creciendo desde hace años, pero estamos llegando a límites dramáticos. Las guerras, y el problema, gravísimo, del llamado Estado Islámico, que siempra el terror allá donde llega, está generando oleadas de personas huyendo hacia la vida como pueden, casi siempre en condiciones sobrecogedoras. Ya no se trata de que quienes se desplazan traten de mejorar sus condiciones de vida, algo legítimo, sino que ahora sólo quieren estar vivos al día siguiente.
Los gobiernos están reaccionando, pero no todo lo rápido que es necesario. Muchas vidas quedan en el camino… Estoy de acuerdo en que no es fácil la solución, pero lo urgente es facilitar el tránsito hacia países de acogida sin que hagan su agosto las mafias, los delincuentes y asesinos, que se están lucrando a costa del sufrimiento infinito de estas personas.
Hoy leía un comunicado del concejal Julen Sánchez en el que va a solicitar que Caudete acoja algunos inmigrantes. También leía algunas respuestas de ciudadanos que llevan mucho tiempo en el paro y están sin subsidio, aqui mismo, en nuestro pueblo, viviendo su particular desgracia. Aún así, ante la tesitura de opinar al respecto, yo estoy de acuerdo en que Caudete se muestre solidario, en la medida de sus posibilidades, ante este drama humano.