El último tramo de autovía A-33, el que discurrirá entre Yecla y Caudete, se construirá con hormigón. Será de las primeras vías que se construyan en España con hormigón en lugar de mezclas bituminosas, aunque en España ya existen carreteras fabricadas con este material.
Según el Ministerio de Industria, el uso del hormigón, pese a ser más caro, permite ahorrar unos 40 millones de euros al año en conservación y mantenimiento porque es más duradero. Además, tiene otras ventajas muy interesantes. Por ejemplo, tiene una menor resistencia a la rodadura –lógicamente, en detrimento de la adherencia–, lo que permite un ahorro de combustible que a nivel global supondría 39 millones al año y redundaría en una disminución de las emisiones de CO2 de unas 82.000 toneladas, según estimaciones oficiales de este ministerio. Sin embargo, hay que señalar un mayor nivel de ruido debido al roce del neumático con esta superficie.
La mayor duración del hormigón –mezcla de cemento, agua y áridos– se produce porque este material es aplicado tanto en la capa base como en la de rodadura por la que circulan los vehículos, haciendo que la estructura sea más resistente y sufra un menor desgaste. Esto supone beneficios en términos de seguridad vial, ya que se reduce el riesgo de aquaplaning al no producirse acumulaciones de agua en la vía, puesto que la deformación del firme es menor.
Por último, los pavimentos de hormigón tienen una vida útil de 45 años, frente a los 15 de los de asfalto. Además, la producción del hormigón se realiza en las proximidades de cada obra, lo que favorece el desarrollo de empresas locales.
Redacción – Caudete Digital