La provincia de Buenos Aires quiere cambiar cómo se reparten los casinos. Ya se firmó la resolución que pone en marcha el proceso de licitación. El encargado del Instituto de Loterías y Casinos, Gonzalo Atanasof, fue quien le dio el visto bueno.
El plan incluye siete salas de juego que siguen abiertas, pero que hasta ahora funcionan con contratos renovados una y otra vez. Ahora la historia será otra.
Por primera vez en años, estos lugares se entregarán bajo nuevas condiciones. Habrá reglas distintas y un contrato que durará 20 años. No está claro aún si todos los actuales operadores seguirán en carrera, pero pronto se sabrá.
De los siete casinos, seis están en manos de Boldt S.A. La empresa sigue operando gracias a extensiones de contrato, pero esas prórrogas terminan en 2025. Después de eso, solo quedará una opción: competir en la nueva licitación.
No se abrirá la puerta a nuevos jugadores. La provincia prefiere seguir con los actuales, aunque pide más a cambio. No alcanza con estar en regla o pagar a tiempo. Esta vez se espera que inviertan. En serio. Habrá que mostrar músculo financiero y voluntad de mejorar. Se habla de obras, renovación, atractivo turístico. Si alguno no da la talla, su lugar lo tomará otro, pero del mismo sector.
Desde el gobierno lo dicen sin rodeos: hay que cuidar los empleos y subir el nivel del servicio. La imagen del casino encerrado, lleno de máquinas, quedó vieja. Ahora se quiere que forme parte del paisaje turístico. No solo para el jugador que va por unas horas, sino para familias enteras que lleguen con planes para varios días.
El objetivo es que hoteles, restaurantes y playas sigan activos también fuera de temporada. Por eso, los contratos nuevos van a incluir obligaciones claras: arreglar instalaciones, ofrecer mejores condiciones de trabajo y hacer que el lugar se vea y se sienta distinto.
En total, son siete las ciudades que entran en la licitación: Necochea, Miramar, Tandil, Sasso, Hermitage, Mar de Ajó y Sierra de la Ventana. Lugares con perfil turístico, y justamente ahí está puesta la ficha del gobierno.
La idea es que ir al casino forme parte de unas vacaciones. Que no sea solo jugar, sino también disfrutar del viaje. Si no se logra eso, muchos ni se van a molestar en salir. Ya hay demasiada gente que prefiere apostar desde el sillón, y ese grupo no para de crecer. Así lo indican los sitios especializados en reseñas, en los que se presentan casinos de Argentina. Según los autores de estos portales, cada mes deben reseñar más marcas, lo cual refleja el crecimiento del mercado en el país.
La apertura será por etapas. Las nuevas licencias durarán 20 años. A partir del 8 de julio de 2025 se empezarán a recibir solicitudes. Todavía hay margen para que los operadores se preparen y tomen nota de lo que está en juego. Esta vez, la provincia va en serio con la renovación del sector.
En Argentina, no hay una política única sobre el juego. Cada jurisdicción va por su cuenta. La ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, decidió el año pasado no habilitar más licencias para casinos online. Argumentaron que hay cada vez más menores entre los usuarios.
La provincia tomó otro camino. Mantiene el foco en los establecimientos físicos y apuesta a que sean parte de algo más amplio: empleo, turismo, inversión. Gracias a la autonomía que tiene cada región, Buenos Aires puede moverse según su propio panorama. Y eso es lo que está haciendo.