Sí, han leído correctamente. He escrito «exigencias», porque los derechos no se piden, se exigen.
Vamos a ver, yo desearía para ustedes, benditos lectores, y también para los prójimos buenos (en el buen sentido de la palabra «bueno», como escribía el poeta Machado), que tuvieran mejor suerte para el año que viene, pero este Partido Popular, y este socialismo semidesnatado, junto a las ultraderechas montaraces y demás camuflados sucedáneos que intentan con sus políticas conservadoras (palabra con paradoja inquietante) por todos los medios, tanto local como nacionalmente, poner difícil este anhelo.
Tengo la certeza de que todos (gobierno y oposición) los señores del castillo no van a modificar sus ideales para con sus vasallos, ya que para los de su cuerda les ha marchado de puta madre, toda la vida de dios; siempre les ha unido mucho la riqueza y ahora aún más, desde que son socios numerarios de la UEr (unión de ricos europeos).
Es por ello, que mi exigencia sin paliativos ni paños calientes esté dirigida a todos aquellos políticos, militantes, partidarios y simpatizantes que están en contra de todos los bárbaros y barbaridades que se vienen cometiendo estos últimos años contra los mismos de siempre, contra los que pagamos el pato cotidianamente, contra los que nos dan porrazos y luego nos venden ungüentos.
En fin, quiero pedirles también a todos los que se están convirtiendo a toda velocidad en pobres (sí, sí, no desfavorecidos ni desheredados ni vulnerables ni desestructurados, que son ridículos eufemismos nuevos de aquellos que nos quieren robar esas palabras contundentes y sencillas con que nos hemos comunicado siempre y que todos entendemos), les ruego que se unan, que converjan sus ideas, que aparten sus complejos, que se den cuenta que codo a codo juntos en la calle y en las urnas somos mucho más que dos (como escribía el señor Benedetti). Lo haremos con el fin de arrancarles a los ricos, ¡que cada año son más ricos! algo de su prosperidad, con el único derecho y motivo de tener una sanidad como dios manda, una educación como está mandado, un puesto de trabajo junto con un sueldo digno, una jubilación como hemos merecido y el bienestar que día a día nos arrebatan sin ningún pudor.
Sean amables, háganme caso, decídanse. Unifiquen criterios, modifiquen posturas retrógradas, aparten siglas mal envejecidas, sean coherentes por fin, abran bien los ojos y vean la falta de sentido común con que se está aplicando la justicia. Todos conocemos las estadísticas: sólo un porcentaje mínimo de ricos con saña opulenta mandan sobre el resto de los habitantes del planeta. Si como escribe el poeta: «el miedo nunca es inocente y preferimos la revolución a las pesadillas», no suframos temor y despertemos de los malos sueños, pidamos socorro, démonos un abrazo y entremos en calor, y juntos busquemos ese camino de justicia real, positiva y rápida que por ley nos merecemos.
Siguiendo mi interés por mostrar la obra en catalán de Serrat, hoy propongo del disco «Tal com raja» (tal como sale) de 1980, el tema «Si no us sap a greu» (Si no os sabe mal). En ella el maestro Serrat percibe un planteamiento vital de las cosas, una necesidad de huir de todos los compromisos que le afligen. En ella antepone la voluntad de ser a la de estar. Quiere buscar la felicidad del instante y no el éxito a cualquier precio; y lo propone con su vitalismo habitual.
Si no os sabe mal, si puede ser…
me está carcomiendo la angustia,
he de ir a dar una vuelta por las calles
aliviado con los cinco sentidos.
Os dejo al suplente en el espejo
y el patrimonio como préstamo,
pues he de ir urgentemente.
Si no os sabe mal, si puede ser…
tomaré los perfumes de este chaparrón de otoño,
del ciego la punta de sus dedos
y del pan caliente un cuscurro,
del brote nuevo lo que salga
y del sexo su último aliento,
y la claridad de la luna…
si puede ser….
Esta puta sensación de llegar siempre tarde,
de pasar por las cosas sin tocarlas,
de perder el tiempo tratando
de hacer algo importante.
Antes que el suplente grite: ¡sálvese quien pueda!
me he prometido con la vida: ¡vivan los novios!
Vamos a indagar lo que se conspire por ahí,
y lo que suspira el recodo del río
y lo que se cuchichea por los mercados
y lo que el periódico no dice.
Si hay que vivir y hay que morir
quisiera hacerlo en mi nombre
por respeto a la especie.
Si no os sabe mal…