Fiestas de septiembre 2020

Gaspar Albertos

DÍA 6 DE SEPTIEMBRE

Tras el Pregón de Fiestas de la noche anterior y la celebración de la Retreta ya metida en horas de este día 6, llega la Diana por la Comparsa de Tarik a la que le sigue una mañanita de Paseo de Volantes, himnos y mascletá.

La mañana más bonita e ilusionante de todas las Fiestas.

Cuatro de la tarde del 6 de septiembre de  cualquier otro año. Es la hora del café por si no teníamos ya bastante adrenalina en el cuerpo antes de la hora de los gin-tonic. Los de traje especial que se vayan preparando ya. El resto de escuadristas, Capitanías, carrozas, jinetes y monturas, músicos… que no se duerma nadie.

La puesta de largo de cada año del mundo festero de Caudete está a punto de producirse. El acto lúdico por excelencia, siempre en honor a nuestra Patrona, ha llegado.

Va a comenzar… LA ENTRADA.

DÍA 7 DE SEPTIEMBRE

La mañana de todas las mañanas.

Caudete saluda a la Virgen con sus mejores heraldos, los Volantes, la homenajea con el ruedo de sus Banderas y le abre las puertas de par en par.

Aún recuerdo en mi casa aquellas frases: ¿Por dónde va la Virgen? Por el estrechico la Villa.

18.00 h.

Tarde de guerra, estruendo, colorido y emoción. Estando de fiesta, no vamos a llegar más allá y lo dejaremos en “Guerrillas”.

Como dice Tarik, después de su victoria, en los últimos versos:

“Soldados, no los toquéis,

vivid con los caudetanos

en paz y tierna amistad

y vea la cristiandad

que somos moros humanos

No afligíos y salid

que valientes campeones

hospedan mis pabellones.

Ea pues, conmigo venid”.

Es lo que estoy diciendo en esta foro a un atribulado “Marino”, a un compungido “Paco Bajoca” (hijo) y a un entristecido “Francisco Gachapega”. Testigos, mi hermano Daniel y un incombustible “Pepe el Cociolero”.

Las palabras de Tarik, han surtido efecto. Todos, cristianos (Guerreros, Mirenos  y Antiguas) y musulmanes (Tariks y Moros) ofrecen a su patrona su amor con el signo más simbólico del mismo: flores.

Y el pasodoble “Valencia” adquiere en Caudete uno de sus más singulares significados en amistosa rivalidad con el Caudetano y otros no menos apropiados pasodobles para una Ofrenda.

DÍA 8 DE SEPTIEMBRE

El día grande de nuestras Fiestas.

10,00 h.

Tras la alegre Diana y el acompañamiento a las Capitanías a Misa Mayor da comienzo la misma en el día del santo de nuestra Patrona, la Virgen de Gracia, santo que coincide con el de su Natividad bajo cualquier advocación.

Esta mañana no hay más imagen que esta.

La que siempre me acompaña en mis viajes y que ya se encuentra de la presente guisa. Después de la ceremonia religiosa cada Comparsa se dispone a mostrar a todo el pueblo la gracia de sus Volantes, la gallardía de sus Capitanes y disparadores y la prestancia y destreza de sus Abanderados.

17,00 h.

Primeras horas de la tarde  en la que se celebra una “Guerrilla” tan estruendosa como la del día anterior. A continuación, hoy en día no podemos obviar la espectacular “Entrada de Embajadores” previa al acto más épico de los Episodios Caudetanos. Difícil escoger el enfrentamiento más electrizante de los que en esta tarde se dan.

Abenzoar con el prisionero Don Enrique acaba por desquiciarse ante la osadía irracional de éste.

Quizá sea en ese parlamento de “jefe a jefe” con Don Artal, cuando a partir de que vuela el guante, más alto ha llegado el desafío. Al espectador se le hiela la sangre. La paz no es posible.

Una vez derrotado simbólicamente el Islam, la Virgen ya puede salir tranquila a las calles de su pueblo para ser agasajada incluso por esos “moros” que no han dejado de quererla antes, durante y después de la Reconquista.

¿Cómo se entiende si no que un moro que le acaba de decir al prisionero

“Joven incauto, confía

en tu falsa religión,

que nada tu devoción

alcanzará de María.”

se plante poco después en la puerta de la iglesia, dispare una salva en favor de esa misma María y la salude respetuosamente?

Pues así son las Fiestas de Caudete en honor a su Patrona.

Inmediatamente después la Procesión General única en el mundo:  “por parejas y a trabucazos”.

Saludos de Volantes, ruedos de Banderas, saludos por Bandos Moro y Cristiano, cantos de Villancicos, rodanchas y Gozos culminan el mayor acto de fervor hacia una Patrona que se pueda conocer.

DÍA 9 DE SEPTIEMBRE

¿No os da la impresión de que las fiestas duran más en esta actividad “no festera” que cuando estamos inmersos en la real? A mí me parece que el día de la Entrada pasó ya hace mucho y que aún queda bastante para que tengamos que acompañar a los nuevos Capitanes.

No en vano, son muchos los acontecimientos que aún nos quedan por vivir y muy especialmente los de este día de la Enhorabuena. En cambio la realidad de cada año se me pasa en un “santiamén”.

10.00 h.

Tras otra Diana alegre y ruidosa, Comparsas y autoridades acuden a la Plaza del Carmen para recibir al Obispo de la Diócesis en esa prerrogativa de la que disfruta Caudete muy particularmente de poder celebrar la festividad de su Patrona este día 9 en exclusiva.

Después de celebrada Misa Mayor por el señor Obispo, con la diaria y habitual llegada y salida de misa de las autoridades flanqueadas a la altura de las puertas de Santa Catalina por las Comparsas, éstas se disponen de nuevo a inundar el pueblo con sus disparos, ruedas de Volante y ruedos de Bandera.

Llegado el merecido descanso del mediodía, en cada Capitanía se viven situaciones y emociones, digamos “domésticas” no programadas ni previstas imposibles de aquí poder describir pero que cada uno se puede imaginar. Es la “intrafiesta”.

De todos modos la fibra sensible de cada festero caudetano tiene que estar a prueba de bomba contando con la tarde que se avecina.

17,00 h.

La Enhorabuena.

Al margen de los actos religiosos, es el más entrañable de todos, especialmente para los que van a ser cargos festeros y Dama de Honor de cada Comparsa que reciben la felicitación.

En las Fiestas de Caudete no queda nada al azar. Esta tarde hace ya casi un año que los aquí felicitados saben de su compromiso adquirido y falta otro año para disfrutar de su exclusivo privilegio, “ostentar la Capitanía” o “hacer la Fiesta”, tras la frase más sublime que se pudo pronunciar cuando se adquirió el compromiso un año atrás: “me he entregado”.

¿Habrá alguna manera mejor de expresarlo?

Bien, pues tras el “enhorabuena Capitán”, cada comparsa acomete sus preparativos para el resto de la tarde comenzando por el Tercer Acto de los Episodios Caudetanos.

Al anhelo por recuperar la imagen de la Virgen de Gracia ocultada hace siglos se une la preocupación por las “inquietantes y perturbadoras” acciones de los moriscos que aún residen en la localidad.

El moro Almanzor despeja en su despedida las dudas que los cristianos aún pueden albergar con estos versos:

“Hoy la Villa de Caudete

nos intima y nos aflige

y que salgamos exige

 de vuestra nación hispana.

Contrarrestar no queremos

 acuerdo tan general,

y en este día fatal

para siempre partiremos”.

La posterior puesta en escena de la “Expulsión de los moros” siempre con ese aire cómico que hace levantarse a los espectadores da por cerrada la presencia musulmana (?) en nuestra localidad.

Pero aún no han pegado las posaderas en sus asientos cuando los espectadores se levantan de nuevo. El primer Pregonero de nuestras Fiestas hace acto de presencia en la plaza: el pastor Juan López.

Resumida anteriormente por D. Leopoldo la inconclusa historia de la Virgen de Gracia de Caudete, un milagro acaecido en la figura de este pastor cierra la citada historia.

Estos versos de Juan López lo resumen.

“Y para que nadie dude

y aún me crean los incrédulos,

por su gran misericordia

testimonio el más auténtico

 me da radiante de gracia

el favor más grande haciendo,

que era manco de este brazo

y dejole sano y bueno”.

Después viene lo de la retama y el círculo, la trilogía de los Episodios, se ha cerrado.

Pero el día no ha terminado; un antiguo pasacalles que comenzó siendo una felicitación a los oradores de las misas mayores y a los cargos festeros del próximo año ha ido evolucionando en formato, horarios y trayecto al esplendido y actual Desfile de la Enhorabuena.

DÍA 10 DE SEPTIEMBRE

La última Diana despierta al pueblo con pólvora y música recordando que esto acabará con una gran traca al final del día.

10,00 h.

Un día más las Comparsas y autoridades acuden a la celebración de Misa Mayor y aunque sea en esta última ocasión citaremos que la entrada y salida del templo por las Comparsas se realiza por un riguroso y protocolario orden según el día.

Acabada la misa, las Comparsas cumplen hoy con las autoridades civiles.

A tal efecto se dirigen desde Santa Catalina a las puertas del Ayuntamiento donde se realiza un Ruedo de Banderas único por el posicionamiento de los Abanderados: los cuatro alineados lateralmente entre ellos y todos de cara a las autoridades con el Estandarte Mireno como vigilante y testigo de todo ello.

A continuación las Comparsas de nuevo recorren el pueblo disparando y rodando sus Banderas en los lugares establecidos de antemano. De señalar que los lugares y plazas que hoy visita cada comparsa son los que antaño visitaban el día 7 después de Misa Mayor. El que la Virgen empezara a entrar en Santa Catalina casi a la una del mediodía propicio el cambio de los ruedos de esa mañana al día 10.

Ha llegado la hora de comer. La “intrafiesta” que decíamos ayer se llena de tremenda emotividad. No obstante, el ruedo en la puerta de la Capitanía antes de entrar la Bandera será el último.

Hay que comer y “hacer de tripas corazón” porque también se tiene la mente puesta en que a los sones de la Marcha Real cuando salga la Bandera por la puerta de la Capitanía ya no volverá a entrar. En pocos sitios como en Caudete son tan significativos estos sentimientos.

Aún recuerdo una fotografía de aquel  lejano 10 de septiembre de 1989 en la que me veo disparando como Abanderado saliente, ya sin Banda, con la sensación de encontrarme “desnudo”.

Hay que ver lo que “abriga” esa Banda de cargo festero cruzada al pecho.

17:00h.

A las cinco en punto, el disparo del Capitán de la Comparsa de Tarik que hace que su Volante salude a la Virgen por última vez (aquí cada acto ya es “ultima vez”) nos anuncia que la Procesión del Traslado de la Virgen a su Santuario ha comenzado.

De nuevo como en la Subida, tracas, Marcha Real, Villancicos y Ruedos de Bandera adornan y saludan a la Virgen en este recorrido de vuelta a su Santuario.

La tristeza de unos, la alegría de otros y el apego a las tradiciones de todos se entremezclan  esta tarde/noche ya en la Explanada del Santuario. Es fácil adivinar quién es quién entre todos, aunque serán los más compungidos los que saquen lo mejor de sí para aún ofrecer a la Virgen su último Ruedo.

Después llega el tradicional e inevitable traspaso de Bandas e Insignias con el también casi inevitable derramamiento de lágrimas.

Quien no tiene lágrima fácil, sonríe. ¿Cómo será de sublime la emoción cuando se ríe y se llora a la vez por un mismo hecho?

Con la Virgen ya en el interior de su Santuario los nuevos Abanderados la agasajan con un ruedo “sencillo”, para los que por su emotividad no tiene nada de sencillo, y a continuación, las Comparsas se disponen para desde “Villa Isabel” acompañar a sus nuevos Cargos en su noche más ilusionante. No obstante, tienen todo un año por delante para ir cumpliendo su sueño.

Una imaginaria traca cierra la ensoñación de este pequeño relato que ha tratado de poderles hacer vivir las Fiestas sin poderlas disfrutar realmente.

Madrid (Tres Cantos)

Septiembre de 2020

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