Así ha ocurrido ya este año en algunas poblaciones que celebran fiestas de Moros y Cristianos. En la mayor parte de los casos, por la mala calidad de la pólvora suministrada, que ha obligado a suspender la venta, aunque los problemas van más allá…
La única empresa que suministra en España la pólvora negra destinada a arcabucería, llamada MAXAM, está causando muchos problemas entre las poblaciones festeras que tienen la tradición de los tiros entre sus actos.
Esta empresa fabrica la pólvora en una factoría de Alemania. Hace unos meses, dicha fábrica sufrió un accidente, se detuvo la producción, y para poder cumplir con los pedidos, tuvo que importar una pólvora de Italia que no tenía la granulometría correcta, es decir, el grano era excesivamente grande y no cumplía con la normativa, además de que podía causar problemas en su uso.
Tras las consiguientes devoluciones y cancelaciones, varias poblaciones, como Novelda o Albatera, no tuvieron más remedio que suspender sus actos de arcabucería. Para colmo, recientemente, y para «mejorar» la relación con sus clientes, la empresa ha subido en más de un 50% el precio de la pólvora. Sin duda, una magnífica noticia… para la empresa, y muy mala para todos los festeros que, durante muchos años, han participado de una tradición muy extendida por el Levante español.
En principio, la pólvora que está distribuyendo ahora MAXAM es la misma que distribuía antes del accidente de Alemania, incluso con la misma numeración de referencia. La conclusión, pues, es que no tiene justificación la subida tan tremenda del precio, a no ser que quieran pagar los daños de Alemania con los festeros españoles…
Si tenemos en cuenta que MAXAM es la única empresa autorizada, hoy por hoy, para vender la pólvora negra, no es difícil definir qué está ocurriendo… Es cierto que las pirotecnias podrían fabricar este tipo de pólvora, pero parece ser que no interesa, dado que las dificultades que se les plantean por la Administración son casi imposibles de solventar.
Ante esta situación sin precedentes en el mundo de los moros y cristianos, cabe preguntarse qué está ocurriendo realmente… Las autoridades españolas poco están haciendo para solucionar el tema, aunque yo añadiría que una buena parte están encantados con la situación, ya que evitando el uso de la pólvora, se evitan responsabilidades. Pero yo también me pregunto, entonces, para qué necesitamos responsables políticos, si no van a implicarse nada más que en problemas de andar por casa, sin asumir esas responsabilidades que se supone que van en el sueldo.
Amparándose en la supuesta peligrosidad de la pólvora, peligrosidad que se da en tantas otras cosas, nadie ha sido capaz de dar solución a un tema que ofrece unas estadísticas de siniestrabilidad muy bajas, teniendo en cuenta la participación, y que, sin embargo, es una de las tradiciones más antiguas de las que se celebran en nuestro país.
Pero la situación es la que es: se pretende eliminar la arcabucería en un plazo relativamente corto de tiempo. A través de una burocracia brutal y de unos precios inasumibles por los festeros, el final de esta tradición está muy próximo. Muchos responsables políticos y autoridades que apenas saben lo que es el uso de la pólvora en las fiestas patronales, respirarán tranquilos. Y, como siempre, sólo las grandes ciudades, donde el dinero fluye con más alegría y los políticos se pueden lucir más, podrán seguir disfrutando de disparar por sus calles.
Ha ocurrido muchas veces… Se prohibieron los petardos de impacto en todo el país, aquellos que se usaban en las Dianas de Caudete, pero, casualmente, en Valencia se permitía su fabricación y uso en los días de las Fallas… Por poner un ejemplo.
Me constan las gestiones que la Asociación de Comparsas de Caudete está haciendo para dar algún tipo de solución a este problema. Por un lado, gestionar los pedidos de pólvora que ya están hechos y, en algunos casos, pagados. Y por otro, para que la pólvora llegue en la condiciones idóneas.
En mi opinión, y por desgracia, insisto en que los tiros tienen los días contados. El futuro nos depara actos de disparo con algunos tiradores, para cubrir el expediente, y muy poco más. El olor a pólvora se nos irá olvidando con el paso de los años, y el estruendo de las calles, con aquel hongo de humo que se formaba los días 8 de septiembre por la noche sobre Caudete, se puede decir que ya ha pasado a ser historia.
Toca reinventarse y potenciar otros actos que no tengan que ver con los tiros. En Caudete, sin embargo, eran la punta de lanza de unas Fiestas muy antiguas, y será difícil, aunque no imposible, rellenar el hueco que va dejando el humo.
Caudete Digital