Fotos | Miembros del Club Trail Caudete realizaron una espectacular ruta circular por los Pirineos, y ascendieron hasta Monte Perdido

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Redacción – Caudete Digital /


El pasado puente de la Purísima, tres amantes de la montaña de nuestra localidad, Francisco José Albertos, Javier Olmedo y Eugenio Conejero, miembros del recién creado Club Trail Caudete, realizaron una ruta circular en Pirineos, concretamente por el Valle de Bujaruelo y de Ordesa. Llegaron el jueves en la noche al refugio de Bujaruelo. Al día siguiente, bien temprano, se echaron las mochilas a los hombros y partieron desde ese punto hacia el Valle de Ordesa. Este Parque Nacional, catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es de una excepcional belleza.

Desde la Pradera, lugar donde se puede dejar el coche fuera de la época estival, sale una pista ancha que discurre paralela al río Arazas y que atraviesa sitios tan emblemáticos como las cascadas del Estrecho, las de Arripas, las Gradas de Soaso y el Circo de Soaso, para terminar en la famosa Cola de Caballo. Nuestros montañeros, después de comer algo en esta espectacular cascada, tomaron una senda que asciende por las clavijas y las cadenas de Soaso. Tras 27 km recorridos, la mayoría con nieve, la cual iba ganando espesor según iba ascendiendo, llegaron al popular refugio de Góriz, a 2.160 metros de altitud. Éste sería el punto de partida al día siguiente para acometer la ascensión a la cima del Monte Perdido (3.355 metros).

A las 7 h. de la mañana ya estaban desayunando, y después de superar algún que otro contratiempo con los crampones de Javier, material indispensable, junto con el piolet, para la ascensión a la cumbre, comenzaron a subir sobre las ocho y media de la mañana. Tras unas 3 horas de subida ininterrumpida, pasando por la mítica y peligrosa Escupidera, sobre todo cuando ésta está helada, alcanzaron la cima, tras un gran esfuerzo, debido al gran desnivel y a la gruesa capa de nieve acumulada en esta zona. Fue un momento de mucha emoción, pues las vistas eran espectaculares, ya que la climatología acompañaba.

El descenso fue más rápido, y después de 9 Kms. llegaron de nuevo a Góriz.

El tercer día, tocaba regresar. Con tristeza, dejaron la que durante 2 días había sido su casa, pasaron por valles completamente vestidos por la nieve, pudieron visitar la entrada a la cueva helada de Casteret, aunque fue una lástima, porque no hubo tiempo de entrar a explorarla. Posteriormente, se dirigieron hacia la impresionante Brecha de Rolando por el paso de los Sarrios pero, debido a la gran acumulación de nieve y hielo que había dejado las cadenas de seguridad enterradas, se vieron obligados a descender y dar un rodeo para enlazar con la huella que habían dejado otros montañeros y que ascendía hasta la gran Brecha.

Una vez allí, y después de inmortalizar el momento, cruzaron al lado francés y comenzaron un largo y bello descenso hasta el Valle de Bujaruelo. En su trayecto, se toparon con el refugio de Sarradets, refugio de alta categoría, cerrado en la época invernal. Tras 9 horas de ruta y 20 Kms., mayoritariamente hechos por la nieve, llegaban al coche. Estaban cansados, pero orgullosos de haber logrado con éxito su objetivo. Sin duda alguna, estos tres montañeros pronto acometerán nuevos retos.