Los lápices de colores son parte de ese conjunto de útiles escolares que no pueden faltar nunca en la vida de un niño. Ellos se convierten en aliados de lujo para fomentar la creatividad y el aprendizaje y se suelen empezar a utilizar desde que son pequeños. Elegir los adecuados es clave para cada etapa y para sacarles el máximo provecho en el proceso educativo.

La vida está llena de colores y una de las formas más fáciles de interactuar con la realidad en la época de la niñez es por medio de dibujos. El uso de colores en ese proceso es clave y pueden trabajarse a través de diferentes métodos como los lápices, las acuarelas, las pinturas de óleo, las témperas, los rotuladores, entre otros.

De todos estos materiales, los lápices de colores se han convertido en aliados infaltables en casi todas las etapas porque estimulan la imaginación, facilitan el desarrollo de la motricidad fina y permiten que los niños encuentren una vía segura y divertida con la cual expresar sus emociones y sentimientos.

En el mercado existen muchas variedades que podrían ser abrumadoras a la hora de tomar una decisión. Por eso, nos enfocaremos en 3 categorías principales que seguro llevarán a una elección correcta. Vamos a verlas a continuación:

Lápices de colores según la edad

La edad de los niños influye mucho en la elección que se vaya a realizar porque sus capacidades motoras varían de una edad a otra:

• Preescolares: requieren lápices más gruesos que sean fáciles de agarrar, cuyas minas sean resistentes porque todavía no son capaces de medir con facilidad la fuerza de uso. Es importante que no contenga sustancias nocivas porque podrían llevárselos a la boca.
• Escolares: los lápices aquí pueden ser de tamaño estándar, pero es importante asegurar la variedad de tono, pues así serán capaces de crear proyectos con más detalle.
• Adolescentes: pueden mantenerse las condiciones del punto anterior, o si el niño muestra un interés especial en el dibujo, entonces decidirse por opciones profesionales que presenten un rango amplio de pigmentos.

El nivel de estudio

El nivel de estudio es otro factor que influye porque aquí no solo serán los padres los que tomarán la decisión, sino que depende mucho de lo que exija el centro de estudio. Normalmente, la educación inicial exige poca variedad de colores, pero con estructuras más fuertes que soporten el trato poco delicado que suelen dar los niños.

Para la primaria y secundaria, la variedad de tonos es indispensable porque se trata de realizar trabajos con mayor nivel de detalle y se empiezan a estudiar temas de arte que buscan resultados más suaves y vibrantes.

La calidad de los lápices de colores

El último aspecto que merece la pena tomar en cuenta a la hora de elegir es la calidad y esta puede estar referida en varias dimensiones:

• La mina: debe ser resistente, pero a la vez de trazo suave para no generar daños en el papel. Además, debe permitir que el color se aplique de manera uniforme y que facilite el difuminado.
• La pigmentación: según el objetivo, pueden encontrarse marcas que ofrecen un resultado más vibrante, mientras otras lo hacen más opaco.
• La madera: también debe ser resistente para impedir que el lápiz se fragmente con el uso.
• Sin tóxicos: este es un punto muy relevante a cualquier edad, ya que estos lápices de colores serán manipulados por niños.

Es importante, además, asegurar el uso de un buen sacapuntas que no permita puntas demasiado afiladas que puedan causar lesiones. También es recomendable disponer de un organizador donde se puedan transportar todos los lápices de forma segura.

Los lápices de colores son una importante inversión para el desarrollo creativo de los niños, por lo que es recomendable tomarse un poco de tiempo para seleccionar los que mejor se adapten a las condiciones particulares y elegir una tienda de confianza en la que exista suficiente variedad para cubrir todas las posibilidades.