Pedro Sánchez se ha convertido en el Presidente del Gobierno de España en la segunda votación de Investidura, que ha ganado de forma ajustadísima, puesto que sólo ha sido por dos votos.
Pedro Sánchez ha conseguido los votos necesarios tras los acuerdos alcanzados con grupos nacionalistas o regionalistas, o abstenciones imprescindibles, como es el caso de ERC. Este grupo, ERC, podría definir buena parte de la actitud e ideología de los socios de gobierno de Sánchez, cuando su representante, Montse Bassa, ha dicho en la tribuna del Congreso: «Me importa un comino la gobernabilidad de España».
Por tanto, ante este panorama, tenemos presidente, pero cabe preguntarse si tendremos gobierno. Yo no voy a ser agorero, y creo que hay que esperar a los hechos, y luego opinar. La situación es extremadamente complicada, esto es cierto, pero, al menos, la Legislatura echa a andar. Y no me vale que ahora el PP, por ejemplo, se eche las manos a la cabeza. Tiempo de sobra ha tenido Casado para iniciar un diálogo con Sánchez para intentar otra cosa. Aunque el líder socialista no hubiese querido, creo que era su obligación intentarlo, si tan mal le parece el resultado final.
Por lo demás, poco más que decir. Todos hemos podido ver el debate, los insultos, los tumultos, la falta de líneas roja, las intenciones de unos y otros, y ese darle la vuelta a las cosas como sólo saben hacer nuestros políticos. Cada cual que saque sus conclusiones. A mí me es completamente imposible hacer un pronóstico, siquiera aproximado, de qué puede ocurrir en el futuro: si este gobierno será más largo o más corto, si será productivo o no, si nos hundiremos en una crisis o si, por el contrario, nos hará avanzar como país…
Al menos, me ha gustado comprobar que aún hay algo en lo que han sido capaces de ponerse de acuerdo. Me refiero a la solidaridad que han mostrado con Aina Vidal, de Podemos, quien sí ha podido asistir a la votación pese al cáncer raro y agresivo que padece. Saber que todavía queda un poco de solidaridad entre nuestros representantes no deja de ser positivo, aunque esto no debería ser algo tan reseñable…
Le deseo éxito a Sánchez porque, como siempre digo, de su éxito depende nuestro bienestar. Y tampoco sería deseable que la guerra política continúe más allá de una oposición responsable.
Eso sí, los compromisos adquiridos por Pedro Sánchez para ser presidente no pueden poner en riesgo la soberanía nacional, que reside en todos los españoles, ni despojar de independencia a la Justicia, porque si ocurre alguna de estas cosas, estaríamos ante algo más grave que una crisis. No creo que en ningún caso se llegue a estos extremos, pero no está de más recordar algo que siempre ha sido tan evidente, que no hacía falta ni mentarlo…
Caudete Digital