Redacción – Caudete Digital /
Tras hacerse pública la sentencia en la que ha quedado absuelto, José Miguel Mollá Nieto, exalcalde de Caudete, ha realizado unas declaraciones en las que explica cómo ha vivido esta situación, en la que fue acusado de prevaricación administrativa, y su opinión respecto a cuestiones relacionadas con este tema.
En primer lugar, se ha mostrado profundamente agradecido a los que durante estos años difíciles le han apoyado de forma incondicional, especialmente a su familia, pero también a sus amigos y a la mayoría de caudetanos. Diriéndose a los ciudadanos, ha dicho textualmente: «Ya os dije cuando tuve que dejar la alcaldía, porque me obligaron, que yo no había hecho nada de lo que tuviésemos que avergonzarnos ni vosotros, ni yo. Y así lo confirma la sentencia que me absuelve».
Afirma que estos años han sido un periodo muy duro, y subraya que a quienes más les ha afectado ha sido a su familia. Recuerda con especial emoción que su madre falleciera sin que llegase a conocer su absolución. Ella, según recuerda José Miguel, «me preguntaba con frecuencia por las novedades del caso, pero tuvo que irse de este mundo con la pena de saber que su hijo estaba encausado en un tema judicial».
Mollá relata que ha tenido que soportar que lo insulten por la calle, que le llamen ladrón, incluso delante de su familia. Y todo, según sus palabras, porque una persona decidió llevarlo al fiscal por venganza. «Como un buen cobarde», explica, «tiró la piedra y escondió la mano. Y la razón para todo esto fue que yo no coloqué a su mujer en la residencia de ancianos de Caudete, y también porque yo no le adjudiqué la luz a su cuñado… Que lo sepan todos los ciudadanos de Caudete. Dije en su día que cuando llegase el momento hablaría, y ese momento ha llegado.»
José Miguel Mollá lamenta que el voto de los caudetanos, que llevaron a su partido casi a la mayoría absoluta, quedase en nada, y todo porque algunos «que piensan que están por encima del bien y del mal» así lo decidieron, obligándole a abandonar la alcaldía. También ha recordado que él no cobraba del Ayuntamiento por ser alcalde, sino que lo hacía de la Diputación, una media liberación, de la que percibía su sueldo: 1.626 euros. También ha hecho un repaso de su gestión, que «no fue de inaugurar y poner placas», pero que fue de «pagar muchas cosas anteriores» y dejar la deuda municipal a la mitad en sus 6 años de alcalde.
Respecto a todos aquellos que lo han acusado y hecho juicios sin fundamento sin esperar a una sentencia firme, Mollá duda de que tengan «la hombría para salir a disculparse, reconocer que se equivocaron, y que le quitaron a los caudetanos un alcalde que habían puesto ellos con sus votos. Aunque ahora todavía pretendan salir airosos con sus escritos, la realidad es que lo único que pretendían era quitarme de la alcaldía. Si tuvieran arrestos, pedirían disculpas, especialmente a los ciudadanos».
Respecto a las consecuencias directas que le causó la denuncia, y centrado como estaba en trabajar exclusivamente en el Ayuntamiento «todas las horas que hicieron falta», detalla que «me quedé sin derecho a paro, renuncié a mi sueldo de concejal, y también renuncié a mi sueldo de la Diputación. Me quedé en la calle, sin saber cómo íbamos a vivir mi familia y yo».
Preguntado sobre su opinión sobre la Justicia, afirma que es «desesperantemente lenta». Debido a esta lentitud, no pudo, por ejemplo, presentarse a las últimas elecciones locales, a la espera de la sentencia.
José Miguel Mollá dice que su carrera política ha llegado «donde tenía que llegar», pero no afirma categóricamente que no vaya a volver a la misma. «No se puede decir de este agua no beberé», indica, «pero sin el apoyo de la familia es muy difícil estar en política. Y mi familia está muy escamada…».
Mollá termina afirmando que fue un orgullo para él ser alcalde de Caudete, y contar con el equipo de compañeros que le acompañaron, aunque «con algunas excepciones», puntualiza.