Un día sí, y otro también. En Almansa, en Yecla o en Villena caen fuertes tormentas, mientras que en Caudete apenas si cae una gota. O ni eso.
Hay una aplicación muy interesante para el móvil que muestra en tiempo real, a través de la red de radares meteorológicos de España, dónde está lloviendo. Incluso indica, de forma aproximada, cuál es la intensidad de la lluvia en ese momento. La aplicación no hace ningún tipo de previsión: sólo muestra el lugar donde llueve, y hace una secuencia de imágenes, de forma tal que se puede observar el movimiento que siguen las tormentas.
Pues bien, hace ya bastante tiempo que el comportamiento de la lluvia en nuestra población es muy curioso. Hemos estado muchas veces en alerta, y he estado haciendo muchas veces el seguimiento de las distintas tormentas y borrascas que se aproximaban a nuestro pueblo… Y el resultado es desconcertante. Avanzan las nubes y las lluvias, y cuando llegan a nuestro término, simplemente nos bordean… Parece que la Naturaleza se haya puesto en nuestra contra… ¿O hay algo más?
Hace ya años que en el pueblo se rumorea, se comenta, se habla… sobre esto. Para unos, antes tenían la culpa los famosos cañones que lanzaban cohetes cuando había tormenta. Con los años, y desaparecidos los zambombazos que se disparaban en aquella época, las sospechas recaen ahora sobre la avioneta fantasma que deambula por nuestro término cuando llegan las nubes cargadas de lluvia.
¿Es posible que una avioneta sea capaz de modificar el clima de forma local y evitar que llueva? Bueno, llevo algún tiempo informándome a través de numerosas fuentes, y tengo que decir que la respuesta es complicada.
En primer lugar, es verdad que este problema preocupa a los agricultores de toda España pero, en especial, a los del sureste. Tanto es así, que el pasado día 22 de agosto se celebró en Jumilla una reunión entre los agricultores de la zona, a la que también asistió el jefe del gabinete de Delegación del Gobierno en Murcia, Ricardo Hernández, junto a técnicos de AEMET en Murcia.
Los técnicos informaron de que existen tres sistemas capaces de modificar, en teoría, el comportamiento de la lluvia, en especial del granizo, y que los tres se basan en el yoduro de plata: los cohetes lanzados desde unos cañones en el suelo (estos al llegar a la nube liberan el yoduro de plata), las redes de quemadores de yoduro de plata (estos quemadores, que se encuentran en el suelo, liberan las partículas de yoduro y, aprovechando las corrientes verticales, llegan a la nube) y la inyección directa a través de medios aéreos del yoduro de plata en la nube (con avionetas).
Los expertos descartan que los cañones sónicos, o aquellos antiguos cañones a los que me refería antes, tengan efectividad alguna. Al menos, no tienen una base científica.
Sin embargo, aquí nos encontramos con un dilema, y es que el yoduro de plata, en principio, tiene dos efectos principales: o bien provoca la lluvia, o bien se usa como método antigranizo, ya que al crear lo que se llaman pequeños «núcleos de condensación», el granizo tiene dificultades para crearse, o bien se forma de un tamaño mucho más pequeño. Cae más, pero más pequeño, lo que evita daños en el campo.
Entonces, ¿descartamos la avioneta…? Eso pensaba yo… Pero el uso del yoduro de plata, cuando se aplica de forma incorrecta (algo frecuente, ya que su manejo es muchas veces aleatorio o poco exacto), o de forma excesiva, puede provocar que el tamaño de las gotas de agua se reduzcan tanto, que no lleguen a precipitar. Es decir, el yoduro de plata también puede tener el efecto secundario de evitar la lluvia.
Otra cuestión que genera controversia es si el yoduro de plata es contaminante y nocivo para las personas. Según parece, este compuesto es cancerígeno, pero las dosis utilizadas son tan pequeñas, que no es fácil detectarlo en el medio ambiente, salvo cuando se toman muestras en las zonas de instalación de los lanzadores o quemadores. Es difícil demostrar la contaminación por este producto, y también su impacto en la salud de las personas. De todas formas, se han realizado análisis en el agua de lluvia de la Sierra de Moratalla y el Ardal de Mula, y los resultados han sido un tanto alarmantes en cuanto a la presencia de metales pesados, según informa TeleJumilla.
Dicho esto, caben varias preguntas, habida cuenta del halo de misterio que parece envolver todo este tema… ¿Se utiliza realmente el yoduro de plata? La respuesta es sí. ¿Funciona? Pues no siempre, ya que la técnica se utiliza en determinados tipos de nubes, y el porcentaje de fracasos es grande. Pero multitud de países lo utilizan, y también en muchas provincias españolas. Como curiosidad, las autoridades chinas provocaron lluvia días antes de los Juegos Olímpicos de Pekín para evitarlas el día de la inauguración… y funcionó. Durante la celebración no hubo ningún día lluvioso. También han llegado a provocar una gran nevada en la capital de manera artificial.
La realidad es que hasta cuando no llueve, buscamos culpables. Lo que es indiscutible es que el yoduro de plata y las avionetas no pueden variar el clima. En todo caso, y puntualmente, pueden llegar a provocar cambios en una tormenta si el proceso se desencadena de forma correcta. Pero tampoco pueden detener una borrasca o variar la mayoría de elementos que intervienen en un proceso meteorológico.
Por lo tanto, cada cual puede pensar lo que quiera. Mi opinión es que Caudete se encuentra en el límite de muchas cosas, entre ellas, el clima mediterráneo-continental y el puramente mediterráneo. Factores como una sierra de más de mil metros a poca distancia, influyen en las corrientes de aire y en el comportamiento de los frentes que nos llegan a través de llanuras. Bueno, no soy experto, pero creo que nos encontramos en una época en que las circunstancias ambientales no nos están dejando agua, pero no creo que influyan otros factores que los naturales.
Eso no quita que ayer, cuando parecía que nos llegaba un diluvio… ¡sí que había una avioneta sobrevolando Caudete!
Y luego… ni una gota.