La Junta de Comunidades, a través de la empresa pública Infraestructuras del Agua de Castilla-La Mancha, continúa con su proceso de reorganización de las instalaciones de depuración de la comunidad autónoma.
Como ya informó La Tribuna de Albacete el pasado verano, la explotación de las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) dejará de realizarse de forma individual y, en el caso de las de Albacete, 20 de ellas pasaron a formar parte de la denominada Zona 3, junto a un número similar de instalaciones de Cuenca.
El contrato para gestionar esas depuradoras, por importe de unos 11 millones de euros, aún no se ha adjudicado por diversos retrasos en el proceso administrativo. Mientras, Infraestructuras del Agua ha comenzado otra licitación para los servicios de control del funcionamiento y mantenimiento de las EDAR de esa zona.Se trata, concretamente de 42 estaciones, 22 de ellas en Albacete, y el presupuesto base es de unos 2,7 millones de euros por dos años.
De las depuradoras incluidas en este contrato, 19 están en servicio y corresponden a los siguientes municipios: Alpera, Bonete, Casas de Juan Núñez, Caudete, Chinchilla de Montearagón, Elche de la Sierra, Higueruela, Letur, Madrigueras, Minaya, Molinicos, Montealegre del Castillo, Nerpio, Pozo Lorente, Socovos, Valdeganga, Villalgordo del Júcar, Villarrobledo y Yeste. A esas se suman tres de las que se espera que empiecen a funcionar este año: Cenizate, Fuentealbilla y Navas de Jorquera.
Tal y como recoge el contrato, el número podría aumentar durante la ejecución, ya que son varias las EDAR que se encuentran en distintas fases de ejecución en la provincia.
Las incluidas inicialmente suman una capacidad de depuración equivalente a unos 240.000 habitantes (aunque no sea necesario utilizarlas al máximo en algunos casos) y algo más de 25.000 metros cúbicos al día.
Las empresas interesadas en hacerse con el contrato (ampliable por dos anualidades más) podrán presentar sus ofertas hasta finales de abril. La oferta económica más ventajosa será la seleccionada, siempre que el licitador que la realice cumpla con los criterios que marca el pliego de condiciones.
Entre los servicios que se deberán prestar se incluyen: vigilancia y control de las depuradoras y en concreto el estado de conservación y funcionamiento de las instalaciones, evaluación, diagnóstico y supervisión de los costes y calidad del servicio prestado por las empresas explotadoras; control de las analíticas realizadas por parte del explotador de las instalaciones de los parámetros del influente y del efluente; labores de vigilancia ambiental, con especial incidencia en la problemática de olores y ruidos o control de los lodos producidos.
Según el texto, el adjudicatario deberá contar con «un equipo multidisciplinar, formado por personal especializado con la adecuada titulación universitaria y experiencia en cada una de las materias objeto del contrato».