Estos días se está hablando y escribiendo mucho sobre las palmeras caudetanas y el problema, grave, del picudo rojo. Hace dos Plenos ya salió el tema a la palestra, pero no está de más dejar claras algunas cuestiones relacionadas con la salud de nuestras palmeras.
Antes de nada, conviene aclarar que el picudo rojo es un pequeño escarabajo que llegó a España en el año 1993, y es otro de los regalos envenenados que nos dejó el boom inmobiliario, ya que vino camuflado en palmeras ornamentales procedentes, en buena parte, de Arabia Saudí, que se plantaron en cientos de urbanizaciones, avenidas, zonas residenciales, etc. El bichito en cuestión tiene una tremenda capacidad para reproducirse y expandirse, y es una plaga que ha causado ya efectos devastadores, incluso en la ciudad de Elche, donde está el mayor palmeral de Europa.
Caudete no se ha librado de esta plaga, y son varias las palmeras municipales, y de particulares, que han tenido que ser desgraciadamente eliminadas. El problema más importante es que las palmeras pueden no mostrar ningún síntoma durante meses, y en muchos casos la aparición de éstos puede ser demasiado tarde para que los tratamientos sean efectivos.
Pero, por fortuna, no siempre es así, y aunque los tratamientos no son baratos, tampoco son exageradamente caros. Es más cara la tala y destrucción del ejemplar, costes cifrados en unos 300 euros, que el tratamiento en sí, que puede rondar los 200 euros por palmera, aunque en casos graves puede llegar a los 500 ó 600 euros.
Caudete cuenta con un número importante de palmeras. Entre municipales y privadas estaríamos hablando de unos 80 ejemplares, un número considerable si lo comparamos con otras poblaciones de la provincia. El coste del tratamiento preventivo es de 100 euros, aproximadamente, por palmera. Cierto es que, dada la situación económica, es complicado realizar un tratamiento preventivo masivo, pero hay que tener en cuenta que la tala y destrucción de cada palmera infectada hay que hacerla, y pagarla, sí o sí.
Estoy seguro de que los servicios municipales de Medio Ambiente están realizando una labor de seguimiento de los ejemplares que pudieran estar afectados, y también un análisis de todas las palmeras que tenemos en parques, jardines y avenidas. Es importante este control, porque sería una verdadera lástima que la plaga se extendiese más, ya que tendría efectos graves a varios niveles, entre ellos el económico.
Tal vez la palmera no sea un árbol adecuado para Caudete, pero, ya que están, es conveniente su cuidado y mantenimiento, y hacer todo lo posible por evitar su muerte. Ya sabemos que el dinero, o la falta de él, es el freno para todo, pero también nos consta que se están llevando a cabo tratamientos en diversos ejemplares, por lo que desde aqui pido que no se deje de lado este problema y, en la medida de lo posible, se insista, sobre todo, en la prevención de la plaga en aquellos lugares más vulnerables.