En este momento estás viendo <span class="entry-title-primary">La valencianía e identidad rota de la irredenta Vila de Cabdet</span> <span class="entry-subtitle">Artículo de Álvaro Ponce</span>

La valencianía e identidad rota de la irredenta Vila de Cabdet Artículo de Álvaro Ponce

  • Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:Lectores

Este artículo pretende dar a entender un resumen del pasado histórico de Caudete, hoy mal ubicado en la actual provincia de Albacete. Por Álvaro Ponce


Según la Crónica de Jaime I, en la primavera de 1239, terminada la campaña de conquista a los musulmanes por la ciudad de Valencia, huestes armadas de la Corona de Aragón dirigidas por el Vizconde de Cardona «Ramón Folch», junto con Artal de Alagón, en una primera incursión, llegaron hasta Villena, pero fueron rechazados en Sax. En una segunda incursión, entre finales de 1239 y comienzos de 1240, comandada por D. Fernando de Aragón y el Comendador de Alcañiz, participaron en una expedición para hacerse con Villena y otras poblaciones vecinas.

Es en este momento cuando aparecen por primera vez los nombres de CAUDETE y BOGARRA en la citada Crónica, en la que se comenta que la Orden de Calatrava poseía Villena y que conseguirían bajo su dominio Caudete y Bogarra. La crónica menciona lo siguiente: «un frare de calatrava qui tenía Villena, que ell nos rendria Villena e Saix, e haguem dels moros los Capdets e Bugarra».

Unos años antes y unos años después de estos acontecimientos se firmaron unos acuerdos y pactos para determinar las respectivas zonas de reconquista, ya sean aragonesas o castellanas. Uno de estos pactos es el de «Tudilén» en 1151, entre Alfonso VII y Ramón Berenguer IV, que acuerdan delimitar las respectivas zonas de conquista en el Levante, y el castellano Alfonso VII otorgó al aragonés el derecho de reconquista de los reinos de Valencia, Denia y Murcia. Caudete quedó comprendido dentro de los límites de este tratado para la Corona de Aragón. Un tratado crucial fue el firmado en Almizra en 1244 en las cercanías del actual Campo de Mirra por Jaime I el Conquistador y por el infante castellano, futuro Alfonso X el Sabio, quienes fijaron los límites entre las zonas de reconquista catalano/aragonesa y castellana.

En este Tratado quedaban para D. Alfonso: Alicante, Aguas de Busot, Villena, Caudete … por lo que esta frontera señalada en Almizra va a frenar la expansión aragonesa hacia el Sur. Pero nobles castellanos conquistaron de los moros Enguera y Mogente, plazas que debían ser conquistadas por el rey de Aragón. D. Jaime I al conocer estos hechos tomo en compensación Caudete que aún estaba en poder de los moros y otras poblaciones vecinas. Cuando el futuro Alfonso X el Sabio, yerno de Jaime I se enteró de lo sucedido se dispuso a ejercer su derecho sobre Caudete, según el Tratado de Almizra, ya en poder de D. Jaime.

Tratado de Almizra

Pero al llegar a Caudete, la guarnición y los mudéjares o moros de Caudete, se negaron a la entrada del príncipe castellano, que acampó en las afueras de Caudete, en un lugar denominado hoy como «El Real», alegando los pobladores de Caudete que ellos estaban con el rey D. Jaime porque les había respetado sus capitulaciones. Para solucionar este problema de fronteras, se aconsejó enviar emisarios a D. Jaime, que se encontraba sitiando la cercana población de Biar, a lo que se unió la intervención de Doña Violante, hija de D. Jaime I y esposa del infante castellano, porque veía un enfrentamiento inminente entre su esposo y su padre. Es por ello, por lo que se reunieron en Almizra para evitar el enfrentamiento y firmaron un tratado por el que Caudete, Villena, Sax … pasaban a Castilla y reino de Murcia.

Caudete permaneció en este reino medio siglo, hasta que con la Sentencia de Torrellas del 8-08-1304 y Acuerdo de Elche el 19-05-1305, Caudete pasará definitivamente a formar parte del Reino de Valencia. De hecho, la villa caudetana, desde 1296, ya estaba controlada por aragoneses. Es así porque Caudete, medio siglo después de la firma en Almizra, Aragón con ayuda de una coalición formada por el rey de Portugal … y algunos nobles castellanos para introducirse en el reino de Murcia, a comienzos del verano de 1296, hará que Caudete vuelva a manos aragonesas.

Es en diciembre de 1297 cuando el Señor de Caudete reconoce al rey Jaime II de Aragón. La resolución final es acordada, sobre todo, con el Acuerdo de Elche de 1305 en el que se reunieron los jueces compromisarios nombrados por Jaime II de Aragón y Fernando IV de Castilla, que declararon: «Que el soberano término de Caudete, que parte término con Almansa, y todos los lugares que son dentro de los mojones hasta las partes del rey de Aragón, sean de su jurisdicción».

Caudete pasa definitivamente, salvo un breve periodo interrumpido por las guerras entre los dos Pedros, a formar parte del Reino de Valencia dentro de la Lugartenencia de Xàtiva en la Gobernación de Valencia, y Caudete evolucionará a una villa real dentro del Reino de Valencia y Corona de Aragón. La Villa se compra al último poseedor del Señorío por deudas contraídas por lo que fueron subastados los bienes de García Jofre de Lisón, último señor de Caudete, la villa y el castillo de Caudete que Joan Rotlán compró para la Corona de Aragón por 42.000 sueldos considerando que «los dits vila e Castell de Capdet eren e son situats en la frontera de aquest Regne e prop de las viles de Ontinyent e de Biar, que son Claus de aqueste Regne».

Privilegios a Caudete

Figura el compromiso solemne de «no poder ser alienats ni separats de la dita Real Corona». Fue el 28 de septiembre de 1427 cuando Alfonso V decide agregar «castrum e villam predictorum del Capdet» en perpetuidad al Patrimonio Real de la Corona, un privilegio otorgado a Caudete en la ciudad de Valencia y que ni este Rey ni sus sucesores, la villa y castillo de Caudete los enajenarían de la Corona, aunque posteriormente, la Villa y su castillo, que disfrutaban del privilegio de no poder ser separados ni alienados de la Corona fueron entregados a mosén Jacme Ferrer, camarero del rey Juan de Navarra por 3.000 florines de oro de Aragón.

No sentó nada bien la enajenación a los tres estamentos, que en las Cortes celebradas en Valencia el día 15-03-1443 manifestaron que el rey D. Alfonso V, efectuó la referida venta quebrantando los fueros de Valencia, por lo que el «Brazo Real», entendía que «la alineació es nulla o no és de alguna eficàcia o valor». Tras la guerra acaecida en el periodo 1429-36, entre los dos reinos más importantes de la Península y en la que los castellanos arrasan los términos de Capdet, la Villa pasa de nuevo al reino de Valencia en 1436 como una de las 29 villas reales con voz y voto en las Cortes de Valencia e incluso asiento décadas más tarde hasta la fatídica fecha de 1707.

alvaro 1

En cuanto a los títulos y privilegios que tenía Cabdet en la época foral, destacamos entre otros: las cuatro barras de Aragón del rombo valenciano en el escudo de Caudete que dan fe que la Villa pertenecía al reino de Valencia; la Corona de dicho escudo recuerda que la Villa fue patrimonio directo de los reyes de Aragón; las llaves cruzadas simbolizan la situación fronteriza entre Valencia y Castilla. Significa que Caudete se abría al reino de Valencia y fueron concedidas por Alfonso V de Aragón; las cuatro Estrellas representan los cuatro títulos más importantes: Muy Noble, Muy Leal, Fidelísima y Real Villa y las Alas, se concedían a las villas reales.

De lo que Caudete representó en el antiguo Reino de Valencia se deduce a través de sus títulos y privilegios quemados por los castellanos y especialmente por los regidores de Villena durante la dura y cruel etapa, en la que la villa caudetana, fue agregada a Villena como simple «aldea o lugar» por Felipe V a petición de una de las mercedes que le pidieron los oficiales de Villena. Este gran abuso contrasta con los privilegios otorgados a la Villa Real de Caudete: el 6 de julio de 1329 se conceden a Capdet los privilegios de franquicia por parte de Alfonso IV, confirmando dicho Rey todos los fueros, costumbres, libertades y privilegios y buenos usos que la villa que la villa había venido disfrutando, según puede consultarse en el Archivo de la Corona de Aragón en Barcelona; en 1336, Pedro IV de Aragón y II de Valencia (El Ceremonioso) confirma los anteriores privilegios y además, le concede a esta Villa «Feria por quince día a contar a parfir del día de San Miguel» , que fue confirmada años más tarde por el Rey Felipe II el 16 de octubre de 1864 según un decreto dado en San Lorenzo del Escorial por dicho monarca y que puede consultarse en el Archivo del Reino de Valencia, Sección Real; en 1427, el Rey D. Alfonso el Magnánimo concedió a Capdet: «el privilegio de DEMANIO, es decir que esta Villa nunca podrá ser enajenada de la Corona de Aragón, ni dejará de ser Villa Real» ; a ello se añade más tarde, el privilegio de «asiento en las Cortes de Valencia», antes Capdet, ya asistía con voz y voto.

alvaro 2

Pasado histórico valenciano

El pasado histórico valenciano de Caudete todavía se manifiesta en edificios religiosos y civiles. Puede verse el exterior de la parroquia de Santa Catalina con su enorme cúpula de media naranja caracterizada por su cerámica blanca y azul al estilo de otras iglesias levantinas en las provincias valencianas. En el interior de este mismo templo resaltan una serie de rosetones en su bóveda, de los cuales en algunos de ellos se esculpió o talló el rombo valenciano con las barras de Aragón. O en la Lonja, con la Virgen de los Desamparados al fondo.

En Caudete, durante la Edad Moderna, se acentúa un contencioso con origen durante la Edad Media. Se trata de la disputa del Valle de los Alhorines o Alforíns (promocionado turísticamente hoy como la Toscana Valenciana), ubicado entre la Font de la Figuera, Ontinyent y Caudete. En el caso de Caudete, el Pleito de los Alhorines es considerado como uno de los contenciosos más largos de la Historia de España. Su origen se remonta a época anterior cuando todavía el Rey Fernando el Católico era príncipe y es una disputa en la que intervienen todos los reyes de la Casa de Austria y que se ve truncada por la llegada de la Guerra de Sucesión al fallecer el enfermizo rey Carlos II. La Guerra de Sucesión tuvo consecuencias para muchas poblaciones valencianas y especialmente para Caudete, que tuvo que adaptarse a un nuevo ordenamiento político que incluía la abolición de los fueros, privilegios, títulos, costumbres … de la época foral en la Villa de Caudete.

Esta población quedó segregada del Reino de Valencia y fue «cruelmente agregada al corregimiento de Villena, como simple aldea o lugar, debiéndose adaptar su funcionamiento municipal, su sistema monetario, su sistema judicial y su modo de gobierno e instituciones caudetanas al de Castilla. Son graves las repercusiones sobre la Villa de Caudete tras la Batalla de Almansa y a partir de 1707, vienen años difíciles para la que fuera una «Villa Real», porque el supuesto alineamiento austracista de Caudete, fue utilizado por la vecina ciudad de Villena para obtener del rey Felipe V diversas prerrogativas, entre ellas, la anexión de Caudete como aldea de Villena, que supuso la pérdida de su autonomía municipal durante 30 largos años y el castigo de segregar a la Villa de Caudete del Reino de Valencia.

Tras la Batalla de Almansa, el 25 de abril de 1707, poco tardó la oligarquía de Villena (fuerte plaza borbónica) en convencer al Rey por su apoyo y servicios prestados durante la guerra. La respuesta del Rey no tardó en llegar y estaba compuesta por siete mercedes, en la que, la número cuatro dice: «Que la villa de Caudete, Reino de Valencia, quede reducida a Aldea de esta ciudad, según la forma que son las demás aldeas de Castilla», lo cual cayó como una losa enorme sobre Caudete, que vio cómo perdía su condición de villa real, además de todos sus privilegios, sus fueros y su vinculación al Reino de Valencia, lo que supuso una dependencia y sometimiento a Villena durante 30 larguísimos años y la segregación de la población caudetana del Reino de Valencia.

Aprovechándose de la victoria de los Borbones, Villena también pidió así: «Que los montes reales y dehesas de la dicha Villa, se apliquen a los propios de dicha Ciudad por estar situados o su término en medio del de dicha Ciudad». En esta petición se observa una gran dosis de maldad por parte de los regidores de Villena, puesto que no sólo se trata de asegurarse la perpetua separación de Caudete del Reino de Valencia a través del Valle de los Alhorines al referirse que los montes y dehesas de este valle se apliquen a Villena, sino que también se aseguran la apropiación de este territorio en litigio.

alvaro 3

De la Revista «La Cambra» extraemos dos mapas del extremo suroccidental de la actual provincia de Valencia y territorios limítrofes publicados por Beltrán Manuel. El Pleito de los Alhorines fue una cuestión muy compleja en el que además de Caudete y Villena, con anterioridad intervinieron otras poblaciones como Onteniente. En los mapas se refleja la situación peninsular de Caudete unido al resto del territorio valenciano a través del Valle de los Alhorines, mientras que en el segundo mapa se representa Caudete como isla valenciana dentro del territorio de Castilla, reflejo del poder que ejerció el poderoso estado feudal del Marquesado de Villena.

Los Alhorines

Para volver a recuperar la independencia municipal se obliga a los caudetanos a que renuncien a Los Alhorines, según puede leerse en un cruel escrito villenense: «podrá Caudete ceder, sino en el todo, en parte de algo de esto, es a saber, que disfrutando Caudete por sentencia antigua, La Regalía y el Privilegio de poder entrar a pastar y coger la grana en una parte del término de esta ciudad que llaman Alhorines, podrá Caudete ceder y renunciar a esta regalía que es de poca monta». Se trata de hacer renunciar a Caudete (para que no pueda seguir reivindicando el Valle de los Alhorines) de un territorio en disputa en el que todavía hoy, no se ha otorgado la cuestión de la propiedad (propiedad que aún está en el aire) a ninguno de los dos municipios participantes en el litigio.

Es en este contexto histórico como comienzan las negociaciones con Villena para la recuperación de la independencia municipal de Caudete, puesto que el 26 de diciembre de 1735, Villena impone dos condiciones para aceptar la segregación de la Villa: «La cesión de pastos y dehesas y la renuncia de los Alhorines por parte de Caudete». Casi un año más tarde, el 27 de septiembre de 1736, es cuando el Concejo Real restituyó a Caudete los honores de Villa, pero agregándola al Reino de Murcia y no al Reino de Valencia «como Caudete pretendía» (un castigo que aún perdura en nuestros días) con total y absoluta independencia de Villena, pero sin los Alhorines y sin la conexión tradicional con el reino valenciano. Otra de las mercedes otorgadas a Villena es la confiscación de bienes de Caudete, consistente en requisar los bienes y haciendas de varios vecinos, no teniendo en cuenta que dichos bienes y tierras formaban parte del «Patrimonio Real» y que, por privilegio antiguo de los reyes de Aragón, no podían ser separados de la Corona o del Patrimonio Real, algo que había obviado Felipe V.

Como consecuencia de lo expuesto, se produjo un proceso de castellanización de las instituciones y costumbres de la Villa, que afectó entre otras cosas a: «Que no se firme ni se haga trato en libras o moneda valenciana; igualmente sobre las medidas de peso y capacidad, que se midan las especies de grano … con medidas castellanas … y no se utilicen las del Reino de Valencia como cántaros, quartas … bajo la pena de cuatro ducados y un mes de cárcel. De este modo, Caudete permanecerá en el Reino de Murcia hasta la nueva división provincial de Javier de Burgos en 1833 (con anterioridad se habían realizado intentos de división provincial y cerca de nuestro entorno se creaba la provincia de Chinchilla). Es así como por decreto de 30 de noviembre de 1833 de la Regente Mª Cristina, España quedaba dividida en provincias y Caudete, se adjudicó a la provincia de Albacete (no conozco la actitud de los políticos caudetanos ante tal decisión).

En 1837 se creó el nuevo Partido Judicial de Villena (por la intervención de un inteligente político destinado en Madrid) y en él entraron a formar parte Beneixama (separada del de Alcoi), Sax (del de Yecla) y Biar (del de Xixona) que formaron parte de la nueva provincia de Alicante. Según la Historia de Caudete, en aquel momento, a Caudete se le agregó a la provincia de Albacete y no a la de Alicante, porque se sobrepuso la cuestión del Pleito de los Alhorines y la agregación de la Villa a Villena tras la Batalla de Almansa, a los verdaderos intereses históricos, geográficos y de vías de comunicación que verdaderamente eran de interés entre los ciudadanos caudetanos. No obstante, se dieron varios intentos de agregar a la población caudetana a la provincia de Alicante como refleja un Acta de la Sesión de 15 de diciembre de 1861, en la que se dice: «Que una Comisión pretendía gestionar del Gobierno, el que la Villa fuese segregada de la provincia de Albacete para pasar a la de Alicante, por ser de interés general y unánime deseo del pueblo».

Dominación de Villena

De nuevo, en esta aspiración unánime del pueblo, los políticos locales se quedaban al margen. Otro de los intentos de segregar a Caudete de la provincia albaceteña para incluirlo en la de Alicante, se constata en la sesión de mayo de 1927, a raíz de una nueva demarcación judicial y aprovechando tal circunstancia, el «Sindicato Agrario Católico», con más de 1.600 socios, suplicó al Ayuntamiento de Caudete, que la Villa fuese agregada a la provincia de Alicante en el Partido Judicial de Villena, por deseos justificados del vecindario como es la situación topográfica de la Villa y ser unánime deseo del pueblo por convenir al interés general. Esta petición de pasar a la provincia de Alicante se puso a votación entre los once concejales existentes, siete votaron en contra y sólo cuatro lo hicieron a favor. En esta otra ocasión también se condenaba a Caudete, al continuar alejándolo de su marco histórico y geográfico en el que tuvieron protagonismo pobladores castellanos, aragoneses, catalanes y valencianos, hecho que produjo que en el idioma del Caudete Medieval y en la Edad Moderna existiese el bilingüismo y que los documentos oficiales, en su mayoría, se redactasen en lengua valenciana, como fue el caso del «Libro del Sobreacequiero» de la villa de Caudete, o Alcalde de Aguas (Ordenanzas de 1564 para el buen gobierno de las aguas similar a las del Tribunal de las Aguas de Valencia) que tuvo que traducirse al castellano por estar poco legible en valenciano antiguo, al perder los ciudadanos caudetanos sus conocimientos en lengua valenciana, durante el largo periodo de dominación villenense en el que se impuso en la Villa un director de escuela villenense para castellanizar el lugarejo de Caudete.

En cuanto a la herencia léxica, a partir de los pobladores del siglo XV, y con la agregación de Caudete al patrimonio real valenciano por parte de Alfonso V el Magnánimo, Caudete recibe una nueva Carta Puebla en 1422, con nuevos estatus de población en los que se especifica que: «fossen poblats e juitjats segon forma de fur e privilegis del Regne de Vàlencia», lo que va a suponer la afluencia de inmigrantes procedentes de las comarcas de Ontinyent/Xàtiva apellidados, entre otros, Martí, Tallada, Corretger, Mates… que se mezclaron con otros procedentes de Aragón, Cataluña o Castilla. En el léxico agrícola o en el lenguaje infanfil aún predominan palabras de procedencia valenciana como chacha/chatxa; yaya/iaia …

Como conclusión de todo lo anterior, se puede afirmar que los políticos tanto de la antigua región de Valencia como los actuales de la Comunidad Valenciana, junto a los políticos locales caudetanos, han ido alejando cada vez más a Caudete de su espacio geográfico y de su marco histórico que corresponde al territorio valenciano. La cercanía a Alicante y Valencia, el tradicional uso de palabras de origen valenciano (en descenso cada vez más), las fiestas de Moros y Cristianos, de origen levantino, o las relaciones socioeconómicas con las comarcas alicantinas y valencianas, hace que aún hoy exista el deseo de muchos (no aspiración unánime, ni general, como ocurría en el año 1927) de formar parte de las provincias de Alicante o Valencia.

Los últimos intentos de separación de Caudete de la provincia de Albacete los protagonizó el secretario del ayuntamiento Andrés Bañón en 1977, quien propagó en Caudete la posible vuelta a la todavía Región Valenciana, a lo que siguieron debates y entrevistas en la televisión valenciana. Unos años más tarde, el GAV (Grupo de Acción Valenciana) pedía la reincorporación de Caudete, con la recogida de firmas, a la recién creada Comunidad Valenciana.

En la actualidad, la situación se encuentra en punto muerto y los políticos, tanto los de Caudete como los de la actual Comunidad Valenciana, no se preocupan ni les importan las posibles ventajas que podrían beneficiar al colocar a Caudete en el lugar que le corresponde (políticos locales que se sienten muy cómodos en Castilla la Mancha sin importarles, por ejemplo, que el equipo de fútbol del Caudetano tenga que hacer larguísimos desplazamientos a lugares tan lejanos como Puertollano, para jugar al fútbol, cuando Caudete está rodeado de varios pueblos cercanos en las vecinas provincias) como los representantes políticos de la Comunidad Valenciana, unos políticos que no se preocupan de un Caudete mejor, ni de una Comunidad Valenciana que reivindique lo que se considera que es suyo (la situación está muy lejos de aquella defensa que el antiguo reino de Valencia ejercía sobre una Villa Real con voz, voto y asiento en las Cortes de Valencia).

alvaro 4

Álvaro Ponce