Editorial – Caudete Digital /
¿Habrá Fiestas Patronales en Caudete este año? Es una posibilidad que afecta a los sentimientos, a la salud, a la economía local… Pero, hoy por hoy, todo está en el aire.
Todos los implicados en nuestras Fiestas se han reunido hace unos días para empezar a hablar sobre una cuestión: si se celebrarán o no este año. Todavía falta bastante, pero dada la cantidad de personas implicadas, así como la cantidad de servicios y empresas que tienen que ver en su realización, cuanto antes se tome una decisión, mejor.
Faltan cuatro meses y medio, aproximadamente, para el día de La Entrada. Llevamos cerca de 40 días confinados, y lo más probable es que el Gobierno prorrogue la semana que viene el Estado de Alarma una quincena más, aunque no sabemos en qué condiciones. Tampoco sabemos cuánto tiempo van a seguir muriendo personas, ni cómo evolucionará la pandemia en las próximas semanas.
Así las cosas, el escenario es desolador. Las Fiestas precisan de muchas cosas para ponerse en marcha, pero hay una fundamental: la ilusión. No se trata aquí sólo de tiempos, de que todo encaje estratégicamente. No sólo necesitamos encargar una mascletá y que nos la fabriquen, y nos la monten en tiempo y forma. No sólo es tener luces en el momento preciso, o que los trajes se puedan coser a tiempo para participar…
Todo eso, posiblemente, tendría solución. Pero, ¿y la ilusión? ¿Y la alegría? ¿Las tendremos a punto para septiembre? ¿O estaremos enterrando aún a víctimas por coronavirus, lamentando contagios, preocupados por nuestro futuro?
Por otra parte, ¿tendremos dinero para gastar en los días grandes de nuestro pueblo? Las consecuencias de la pandemia, a nivel económico, aún no las conocemos, pero podrían ser devastadoras. Muchos tendrán que atender a necesidades prioritarias. Unos porque se habrán quedado sin trabajo, otros porque habrán cerrado su negocio, y otros porque empezarán a luchar por no cerrarlo. Las empresas se van a ver afectadas negativamente, y todo ello exige un proceso, un tiempo y un ajuste que llevará muchos meses.
Si la próxima prórroga del Estado de Alarma se estableciese con cierta relajación en el confinamiento, como piden ya muchos sectores sociales, apelando siempre a la responsabilidad individual, y se pudiesen realizar actividades como sacar a los niños a la calle, o hacer deporte individualmente, como hacen otros países, quizás podría ser el inicio para empezar a recuperar también la moral como país. Aún así, todo ello tendría que ir acompañado de buenas noticias en los contagios y, sobre todo, en los fallecidos… Personalmente, lo veo muy complicado en las próximas semanas.
Hemos superado ya los 20.000 fallecidos en España. Para hacernos una idea, es como si se hubiesen estrellado 80 aviones con 250 pasajeros en cada uno de ellos. Sí, es una masacre, una tragedia difícil de asumir… Individualmente, todos estamos deseando volver a la normalidad, volver a reir con los amigos, con la familia… ¡volver a la vida! Además, es necesario que lo hagamos en cuanto podamos.
Sin embargo, las celebraciones colectivas, las fiestas como pueblo, quizás deban más respeto al horror que vivimos estos días. Más respeto hacia tantas y tantas víctimas…
Son muchas las poblaciones que ya han suspendido o cancelado sus Fiestas. Algunas de ellas se celebran, incluso, a mediados de septiembre. Y no sólo por una cuestión sanitaria, sino también como una forma de guardar luto por todo lo que está ocurriendo.
No está en mi mano celebrar o no celebrar las Fiestas. Por suerte. Porque estas palabras son una simple opinión, pero la decisión final… es tremendamente complicada.