Ahora Madrid ha felicitado el nuevo año con un video donde una niña pequeña dice una y otra vez: «¡No quiero ser princesa, quiero ser alcaldesa!». Pablo Iglesias y muchos cientos de progres se han apresurado a retwittear el video, mostrando su satisfacción por el mismo…
No sé si pertenecer a Podemos es necesariamente incompatible con el buen gusto, pero aún no he encontrado nada que me diga lo contrario. No quiero hablar de política, ni de propuestas, ni de ideologías; sólo quiero hablar de lo que se ve, de eso que se suele llamar «la estética».
Toda la vida, los políticos han tenido «su estética». Los de derechas más enchaquetados, los de izquierdas, más de camisa sin corbata, y los sindicalistas con su jersey de cuello vuelto. Ahora tenemos a los partidos llamados «emergentes», como Podemos. Aparte de la coleta, que no todos podríamos lucir, la característica fundamental en la vestimenta es la mochila. Todos van con mochila, supongo que porque les es cómoda para llevar los papeles. O también les hace más «cercanos» a sus bases, fundamentalmente jóvenes. Caso curioso es el de Pedro Sánchez, que desde el debate con Rajoy, inclusive, también va con mochila.
Si bien el tema vaqueros con mochila me parece perfecto, asumiendo que ahí ya se pierde un pelín el concepto de elegancia, luego están las cuestiones de mal gusto manifiesto. El otro día hablaba de la abuelita Carmena y su manía con la Navidad, pero es que tras la Cabalgata de Reyes madrileña, se ha encumbrado. Nadie distinguía a los Reyes, y todos esperaban que tras Merlín y los suyos llegasen por fin los de Oriente… Pero no: los «reyes» eran Merlín y los suyos. Muchos padres decepcionados, incluso enfadados… Pero como mal de muchos, consuelo de tontos, pronto pudieron comprobar que no fueron los únicos. Sobre todo en lugares con esos tripartitos tan abundantes hoy en día (léase Valencia, por ejemplo), el mal gusto también se prodigó en abundancia. El alcalde valenciano no tuvo otra ocurrencia que mezclar la política con los niños, y el día 3 les ofreció un espectáculo para ensalzar la Segunda República, que tendrá muchas cosas buenas, pero que, ni de lejos, era el momento de sacar a la palestra. Ah, para ello puso a pasear a tres brujas-reinas que más bien asustaron a los niños y provocó el consiguiente malestar en la gran mayoría de los presentes. El día 5, eso sí, hizo otra Cabalgata algo más normal, pero los niños ya no entendían nada…
En otros lugares se ha aprovechado para que el alcalde o concejal de turno quite la palabra a los personajes de los Reyes Magos para hacer discursos políticos, o se han inventado desfiles de carnaval para tratar de ocultar el origen religioso de la fiesta. ¡Es la guerra! Si, la guerra, pero no sólo a la religión, sino a las tradiciones y a la cultura popular. Y cuando digo «popular», digo del pueblo, que siempre hay algún idiota que se confunde.
Yo no tengo ningún problema en que cada cual apoye sus ideas políticas. Republicanas, monárquicas, anarquistas o antisistema. Cada cual tendrá sus motivaciones para haber llegado a esa opción política con la que se identifica. Pero no consiento que en nombre de esas ideas queráis manipular nada menos que a los niños, y sobre todo, quitarles las ilusiones que todos hemos tenido de pequeños.
La niña del video de Ahora Madrid repite incansable que quiere ser alcaldesa, no princesa (eso le han ordenado, a la pobre…). Claro, porque eso querrá decir que tiene que ser antimonárquica, trabajadora, una luchadora para llegar a ser alcaldesa y no vivir del cuento, como le pasa a las princesas, ¿no? Bueno, y digo yo, tan listos que sois algunos, ¿no os habéis planteado que igual lo que le ocurre a las niñas, como a los niños, es que tienen ilusión, fantasía, sueños…? ¿No os da para pensar que todos hemos querido ser astronautas, tocar las estrellas con las manos o viajar al País de Nunca Jamás…? ¿Y que quizás por eso algunos han sido brillantes astrónomos, médicos o han viajado a los paises más inhóspitos a prestar su ayuda con alguna ONG? ¿O que simplemente hemos sido adultos con la intención de vivir lo que nos toque, pero con unas mínimas normas de educación y convivencia?
Por favor, defended vuestras ideas, pero no hagáis más el ridículo y tened sólo un poco de respeto. Si estos son vuestros famosos cambios, vamos más que apañados, porque dais la impresión de ser unos perfectos estúpidos.
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