Con la apertura del mercado mundial en un fútbol cada vez más masificado, se abrió la posibilidad de que cualquier club incorpore jugadores extranjeros que, con mayor o menor fortuna, defiendan su identidad todos los fines de semana sobre el verde césped. Algunos de ellos llegan a un grado tal de compromiso que pareciera que se tatúan los colores del club en su alma como si fueran una prolongación de los fanáticos de su tierra, y el Albacete, como es evidente, no es la excepción a esta ocurrencia. Varios de los goles de estos futbolistas de países lejanos fueron tan emocionantes para el aficionado como para que gritara a vivo pulmón: “¡vamos, Albacete!”. La siguiente lista no pretende reducirse a ser un top, y sí un recordatorio y homenaje de cómo el sentido de pertenencia es algo más universal de lo que se acostumbra pensar.

Jérémie Bela (Angola)

Con 29 años a la fecha es el jugador más joven que integra la lista y, además, también el único oriundo de África. El angoleño llegó al Queso Mecánico después de jugar en el Lens y en el Dijon de Francia, en lo que fue un excelente movimiento anticipador de 1,25 millones de euros en el mercado por parte de la directiva. Este veloz extremo a pierna cambiada se supo ganar el cariño de la afición al ser parte crucial en las oncenas entre 2017 y 2019. A pesar de que no se fue en los mejores términos al rescindir su contrato para hacer las valijas hacia el Birmingham de Inglaterra, pesan más sus zancadas y goles que esta resolución. Hoy se encuentra jugando en Francia, y no parece que quiera volver a cambiar de aires en el corto plazo.

Carlos Javier Acuña (Paraguay)

También delantero, pues es bien sabido por todo aficionado del mundo del deporte rey que no hay apuesta más válida de asumir que la del gol. Todo parecía acorde, pues este recio delantero centro paraguayo al que apodaban de forma coloquial “El Toro” llegaba tenía en antecedente español de haber descollado en el Girona. Lastimosamente, la realidad no supo ajustarse a lo que tanto el jugador como la institución habrían imaginado. Con tan solo 6 goles en 82 partidos, sembró más tarjetas amarillas (14) que anotaciones. Tras irse del Albacete probó suerte en el Hércules y en el Gimnástica Segoviana FC, pese a no conseguir un rendimiento similar al que supo ostentar únicamente en tierras catalanas.

Antonio Pacheco (Uruguay)

Ahora sí, una historia más exitosa. Antonio “El Tony” Pacheco llegó al Albacete con grandes expectativas en la temporada 2003/2004, a los veintisiete años y tras una carrera muy peculiar, en la que había obtenido la desopilante cifra de seis campeonatos uruguayos con el Club Atlético Peñarol, un pasaje de trece partidos por el Espanyol e, incluso, un paso (testimonial, eso sí) por el mismísimo Inter de Italia. Bajo las órdenes, primero de César Ferrando y luego de José González supo flotar la lámpara de su genio sobre el césped del Estadio Carlos Belmonte, anotando 23 goles en 86 partidos y sin ser siquiera un jugador de presencia constante en el área del adversario. Se marchó a Gimnasia y Esgrima de La Plata, para concluir su carrera cíclicamente en el club de sus amores, Peñarol.

Roman Zozulia (Ucrania)

Pese a que defendió el blasón del Albacete durante cuatro temporadas en la Segunda División del fútbol español, fue más célebre por las múltiples controversias que supuso su ambigua posición política que por el buen desempeño que mostró sobre el césped. Aparentemente asociado con grupos de extrema derecha, este rumor, sea cierto o no, le aparejó quedarse sin equipo a los 32 años. Polémicas aparte, fue uno de los jugadores extranjeros que defendió la camiseta blanca en más ocasiones y con mayor pundonor, llegando a disputar más de 10.000 minutos distribuidos en 142 juegos, en los que marcó 26 goles y distribuyó once asistencias, dejando un buen recuerdo por sus múltiples anotaciones de cabeza y capacidad para defender el balón y potenciar a sus compañeros.

José Luis Zalazar (Uruguay)

Sin lugar a dudas el extranjero más glorioso y preponderante en la historia del Albacete, que supo defender a la institución durante más de siete años en dos períodos de distinta duración, uno entre 1990 y 1996 (época dorada en la que en buena parte el club se mantuvo en la élite de la primera categoría), y el otro en la temporada que supuso su retiro durante 1998/1999. También fue un futbolista laureado y con presencia en la selección charrúa, habiendo disputado la Copa del Mundo de 1986. Con el Albacete su trabajo fue pletórico, jugando una cantidad ingentes de partidos (230) y marcando una cantidad inusitada de goles (57) pese a desempeñarse como mediocampista. Como dato adicional, hasta el día de hoy ostenta el récord nada desdeñable de ser el futbolista con mayor cantidad de partidos disputados en Primera División y, a la vez, goles convertidos en esta: 180 y 57, respectivamente. Puede, al menos, debatirse si José Luis Zalazar es el jugador más importante en la historia de la institución, pese a que sí sea seguro argüir que fue la estrella más brillante en el cielo más claro del Alba.