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Los mejores templos de Egipto

¿Buscas cultura milenaria y no te decides entre África o Asia? Egipto es perfecto. Este país se encuentra en ambos continentes y es sinónimo de historia. Limita con países como Sudán, Libia, Palestina e Israel, pero también posee costas en el mar Mediterráneo (al norte) y en el mar Rojo (al sureste). La República Árabe de Egipto, su nombre oficial, está ocupada mayormente por el famoso desierto de Sahara, pero no todo es arena: en el valle y delta del río Nilo se concentra la enorme población, en la capital (El Cairo) y ciudades aledañas.

Mucho antes del nacimiento de Cristo, los egipcios eran una civilización formada, que dio origen a la cultura occidental actual ¿Sabías que les debemos objetos cotidianos tales como la llave, la cerradura, el maquillaje, el cepillo de dientes, los peines, las tijeras o las pelucas? Lo mejor es que podemos ver muy de cerca cómo era la vida hace siglos atrás (los gobernantes, la sociedad, la escritura, el arte, las momias), tan solo ingresando a los muchos templos que posee este país. ¿Quieres saber cuáles son los que no te puedes perder? ¡Empecemos!

1) Abu Simbel

Comencemos con el complejo estrella que podrás conocer un viaje a Egipto: Abu Simbel. Se divide en dos templos, uno dedicado a Ramsés II (el emperador más importante de la historia egipcia) y otro a su esposa preferida, Nefertari. El complejo tardó 20 años en construirse, a motivo de la victoria en la batalla de Kadesh. Allí, los egipcios adoraban a los dioses Amón-Ra, Ptah y al mismo Ramsés II, ya que se consideraba dioses a los faraones.

Excavado en la piedra, el imponente templo tuvo que ser reubicado en 1968 debido a la inminente inundación que se ocasionaría producto de la construcción de la presa de Asuán. Se trasladó a solo 200 km al sureste, en la ribera occidental del lago Nasser, sobre una colina artificial. Aunque seguramente fue una tarea difícil, ambos templos se hallan tal y como los encontraron los primeros exploradores.

El templo de Ramsés II destaca por su exterior con 4 estatuas de 20 metros de alto, aunque su interior es igual de imponente, con salas decoradas con frescos excelentemente conservados. Por ejemplo, se encuentra la Sala Hipóstila, con relieves de victorias militares y luego el Santuario, con las estatuas de los dioses venerados. En el Santuario, todos los 21 de octubre (fecha de nacimiento y coronación de Ramsés II) los primeros rayos de sol ingresan por el templo e iluminan las estatuas ¡Imperdible! Por otro lado, el templo de Nefertari es más pequeño, pero igual de encantador, con 6 estatuas excavadas sobre la roca, dos de Nefertari y cuatro de Ramsés. El interior de éste está dedicado a Hathor, la diosa del amor.

¡No puede dejar de visitar Abu Simbel, una verdadera joya de la cultura egipcia!

2) Templo de Lúxor

Ubicado en la ciudad homónima, este increíble templo fue construido entre los años 1400 y 1000 a.C., por los faraones Amenhotep III y Ramsés II dedicado al dios Amón (dios de la creación). Mide 260 metros y originalmente estaba conectado con el Templo de Karnak por la Avenida de las Esfinges, que se dice que era muy imponente, aunque hoy solo podamos ver el comienzo en la entrada de ambos templos. Se recomienda visitarlo de noche, cuando está iluminado, para ver una de las clásicas postales de Egipto.

En la entrada, se encuentra un obelisco de 25 metros que simboliza un rayo de sol. Originalmente eran dos, pero en 1831 uno fue donado a Francia y ahora se encuentra en la Plaza de la Concordia, en París. Detrás, hay enormes estatuas de Ramsés II, con batallas grabadas en las paredes. Dentro, hay 74 columnas formadas en dos hileras, intercaladas por aun más estatuas de Ramsés II (algunas sin cabeza). Antiguamente, esta parte se unía con la columnata de Amenhotep III, aunque hoy solo queden ruinas. También poseía la Sala de las Ofrendas, el Santuario de la Barca y la Sala del Nacimiento, rodeando a la estatua del dios Amón. Definitivamente, una obra de arte arquitectónica que vale la pena visitar.

3) Templo de Karnak

El Templo de Karnak es el más grande todo Egipto, emplazado en un recinto de 2400 metros de perímetro y protegido por una muralla de adobe de 8 metros de grosor. Los egipcios lo anunciaron con su nombre: “Al-Karnak” significa “ciudad fortificada”. Fue construido entre los años 2200 y 360 a.C., por lo que imaginarás que muchos faraones intervinieron. Una vez más, los egipcios dedicaron un templo al dios Amón, el principal de su religión politeísta. A medida que pasaba el tiempo, Karnak se convirtió en un complejo religioso, formado por: el reciento Amón-Ra (dios principal), el recinto de Montu (hijo de Amón-Ra), el recinto de Mut (dedicado a la diosa esposa de Amón-Ra, que contiene un lago sagrado), el templo de Jonsu, el templo de Opet (dedicado al festival religioso que se daba luego de la crecida del Nilo) y el templo de Ptah.

Destaca su sala hipóstila por su gran tamaño (5000 metros cuadrados) que contiene 134 columnas, donde 12 sostenían el techo, que fue destruido. En la entrada, se puede ver el comienzo de la Avenida de las Esfinges: 40 esfinges con cabeza de carnero, construidas para proteger al templo.

Karnak ofrece un espectáculo muy famoso en el país, de luces y sonido, donde los turistas – nos cuentan en Greca Viajes – escuchan la historia de su construcción a medida que se iluminan partes del templo, con distintas funciones según el idioma.

La cultura e historia egipcia es tan extensa como atrapante. En cada uno de estos templos, te sentirás como un verdadero faraón entre los dioses, envuelto en una energía especial. Podrás aprender sobre su tradición, sus leyendas y su religión, desde el mismo lugar donde sucedieron, a la vez que te deslumbras con las bellezas de la arquitectura. Egipto se encuentra tan solo a unas horas de distancia con España ¿Ya te has decidido a embarcarte en esta aventura milenaria?

Redacción - CD

Miguel Llorens fundó Caudete Digital en el año 2000. Apasionado de la informática y de la comunicación, desde la creación de este diario local ha mantenido su vocación de informar y su espíritu de servicio público.