Artículo de Opinión: José Sánchez Amorós /
Muchos de ustedes habrán tenido la oportunidad de visitar Carcasona, en el Sur de Francia. Su famosa «Cité» es un respetuoso recinto urbano, protegido por una muralla doble de absoluta fantasía. El famoso arquitecto Viollet-le-Duc realizó allí un trabajo de restauración ejemplar. Sí, el mismo que restauró la Catedral «Notre-Dame» de París en el siglo XIX y que nunca se sabrá con rigor por qué fue pasto del fuego recientemente, de una manera tan increíble. ¿No se ha avanzado tanto en ciencia y tecnología? ¿Esto es el siglo XXI? ¿De qué sirvió, si el majestuoso edificio se desplomó como una falla?
En España sin duda es Ávila la ciudad que posee el más admirable recinto amurallado. Una soberbia muralla medieval, colosal, protege toda la ciudad antigua, que tantos personajes célebres ya pudieron conocer en tiempos pretéritos. Es suficiente con mencionar a Santa Teresa de Jesús, una mujer excepcional para su época y para la actual.
Estos serían dos ejemplos que superan todo lo que hoy en día se viene realizando.
No he escogido un buen preámbulo, lo sé, para el asunto que vengo a tratar.
Resulta que en Caudete se va a disponer de una doble muralla, que va a proteger a quienes circulen por la futura autovía.
Sus dimensiones son faraónicas y su fealdad de antología. No hay bastante con todos los desaguisados que se han producido en cuestión de patrimonio histórico y urbano, o aún peor en riqueza paisajística que Caudete tuvo tiempos atrás, que ahora se va a disponer de una muralla doble. También será que hay que evitar que los viajeros, cuando pasen por ejemplo por la orilla de la finca de «El Paso», sufran un trauma que los deje marcados para el resto de sus días, si no es para evitar que pierdan el sentido en viendo tan cercanos los despojos de la Sierra Santa Bárbara y estribaciones adyacentes.
Se ha oído que la función de esta doble muralla es para que el ensordecedor ruido que provendrá de la circulación no afecte a ciertas viviendas próximas. ¡Ah! Resulta que ahora Caudete va a dar un ejemplo de silencio, tras haber consentido la proliferación de fuentes de ruido en el mismo centro urbano: guaridas, antros, bares con altavoces estridentes, etc. Sí, toda una colección de brutalidades sonoras a cualquier hora del día y de la noche.
Pues nada. Cuando la doble muralla esté concluida propongo que sea declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. ¿Qué función desarrolla la Unesco? A fin de cuentas esa «categoría» se expende con tal generosidad que la rareza estribará en no poseerlo. Pero como en Caudete todo marcha un poquito retrasado, concederle el titulito no le vendría tan mal. Y a su vez se hace valer como atracción turística, ahora que tanta facilidad se concede, con el pretexto de estar en pandemia, para moverse dentro de los límites de los respectivos Estados Autonómicos de España.
Apéndice
Pues sí, tratemos en lo referente a la actividad de la Institución que tiene por nombre Unesco y de la que su sede principal está en París.
Es tan agobiante el número de monumentos, actividades o tonterías que han inscrito, y siguen inscribiendo en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad, que el mérito va a consisitir en quedar fuera. Por otra parte, es una vejación para una maravillosa Catedral gótica, pongamos por caso, hacerla figurar junto a una «ensalada de tomates enanos», transgénicos y agrios como ellos solos, pues que en lugar de un homenaje para la primera acaba resultando un vituperio.
Yo fui en persona a París, al fin y al cabo ir a París me resultaba cosa hecha con el invento de los TGV, a informarme sobre el proceso a seguir para que la Sierra Santa Bárbara, y digo bien, fuera declarada Patrimonio de la Humanidad, cuando la lista aún tenía algún sentido y no era un «cajón de sastre».
Para desastre, lo que posteriormente acaeció con la que fue queridísima, saludable, singular Sierra, reconvertida en indigna, insensata, humillante, atroz factoría industrial. No hay nadie que me pueda justificar nada de todo aquello, que es la vergüenza más grande que imaginar fue posible. Con esta pena me iré a la tumba.