Hay quien piensa que informa cuando opina. Mucho cuidado con esto, querido lector, porque puedes caer en la trampa infame de la manipulación. La información no debe contaminarse con la opinión, salvo cuando ésta sea el único objetivo.
El oficio de opinador está muy extendido en nuestro país. Yo mismo, cuando escribo mi editorial, estoy opinando. Es una práctica gratificante poder expresar lo que uno lleva dentro, entre otras cosas porque compartir ideas es lo que forma y transforma las sociedades.
Pero a la hora de ofrecer información, procuro hacerlo de forma aséptica. Esto es algo que se aprende a golpe de equivocarte muchas veces, y no es sencillo de llevar a la práctica, aunque lo intento cada día. Caudete Digital está a disposición de todos, siempre lo digo, aunque respeto a esos pocos que consideran una buena estrategia la de matar al mensajero. Cada cual sabrá sus motivos, pero tampoco me preocupa, aunque me entristece que alguno trate de confundir (cada vez menos…) a la gente.
La cuestión es que yo no me puedo llamar periodista por el mero hecho de tener un medio de comunicación. Eso son palabras mayores, y autodefinirse como periodista alguien que no lo es, es una simple estafa. No; yo siempre digo que soy un recopilador de noticias para que mis paisanos estén informados. Algunas noticias las elaboro yo, es cierto, pero en la mayoría de los casos se trata de recopilar noticias que emite el Ayuntamiento, la prensa provincial o regional, las asociaciones, los partidos políticos, los clubes, etc. Así llevo ya 17 años, y espero poder seguir alguno más. Quizás algún día de forma más profesional, quién sabe… O quizás lo contrario: me canso y me retiro a mis aposentos.
Un opinador puro y duro no puede llamarse jamás periodista. Dedicarse a opinar sobre toda la realidad que nos rodea nos convierte en la antítesis del periodismo. Cuando la información se pasa por el tamiz del interés personal, y lo presentamos como algo veraz, estamos engañando.
Procuro aprender, y dejar hacer a los demás, como no podría ser de otra forma. O como no debería ser de otra forma.
Por desgracia, otros no hacen lo mismo.