Un sondeo de Metroscopia sitúa a Podemos por encima de PP y PSOE si hoy se llevasen a cabo elecciones. Según el sondeo, Podemos superaría por 2 puntos al PSOE y por 7 al Partido Popular, y se situaría con un 27% de los votos. La revolución está en marcha, y aunque muchos todavía no dan crédito a estas cifras, sí es verdad que para los dos grandes partidos ha supuesto un susto, al menos momentáneo.
En mi opinión, Podemos representa la formación política que mejor ha sabido encauzar el desánimo de la sociedad española, harta de recortes, de corrupción y de paro, y de un exceso de partidismo por parte de PP y PSOE, un partidismo donde se gastan muchas de las energías que tendrían que emplearse en la sociedad. Y Podemos tiene a un gran comunicador, Pablo Iglesias, que sabe exactamente qué decir a la gente, y sabe lo que ésta quiere oir. Y sabe cómo decirlo. La fórmula mágica no era tan difícil, dirán algunos a toro pasado…
En un segundo o, incluso, tercer plano, queda su programa electoral, propuestas o como quiera llamársele. Eso es lo de menos en este caso. A pocos que les preguntes te sabrán responder de qué va. Lo importante es que nos queden en la cabeza algunas ideas: jubilación a los 60 años, que no se va a pagar parte de la deuda española, que las empresas con beneficios no podrán despedir a trabajadores, aumentar el salario mínimo, nacionalizar las empresas estratégicas… Como ideas, son excelentes, y a todos nos gustan. Sería de tontos lo contrario. Sin embargo, si eso es tan bonito, ¿por qué no se ha hecho hasta ahora?
Sencillamente, porque todas esas propuestas son populistas, y están hechas para no cumplirse. Si Podemos tuviese realmente capacidad de gobierno, jamás plantearía semejante programa de intenciones. Porque las consecuencias de su aplicación serían, sencillamente, un desastre. Podemos está basado en los modelos castrista y venezolano, que con tanto ahínco defiende Iglesias, modelos comunistas que han demostrado su fracaso una y otra vez. Venezuela, por ejemplo, tiene la mayor inflación del mundo, escasez en los supermercados, ruina de la producción en las industrias… eso sin hablar de la falta de libertad de expresión y otras cosas más graves. Pero, ojo, no estoy defendiendo al decir eso nuestro modelo actual, que también ha demostrado que está obsoleto y no sirve para conseguir una sociedad más justa, más próspera y más libre.
De hecho, el auge de Podemos es la consecuencia del actual sistema político español, incluso europeo, alejado cada vez más de la sociedad y más cercano a las políticas económicas de las grandes multinacionales. Nos gobiernan bancos y grandes corporaciones, y sólo su estabilidad y rentabilidad permiten que el beneficio llegue a los ciudadanos, pero no antes. Se antepone brutalmente la economía al individuo.
Sinceramente, me gustaría un Podemos real, creíble. Creo que es necesario. Tal vez éste sea un primer paso, o tal vez sirva para que otros hagan sus deberes y den un giro al timón, algo en lo que, sin embargo, no tengo mucha esperanza.
Pero Podemos, posiblemente, termine devorándose a sí mismo. Es una formación nacida del descontento, sin ideas concretas de cómo llevar a cabo sus ideas concretas. Quién sabe, tal vez todos estemos equivocados y, realmente, pueda convertirse en una opción de gobierno. Yo lo dudo mucho, pero a veces es necesario caer muy hondo para saber dónde está el equilibrio.