La respuesta es un sí rotundo. Si dispones de una página web con cierto tráfico (no hace falta que sean muchísimas visitas diarias) o tus redes sociales (Facebook o Twitter) son de las que tienen un movimiento constante, no pierdes nada con probar a sacarle un rendimiento económico a lo que ya tienes hecho. Igual te llevas una agradable sorpresa.
Los movimientos sociales están globalizados, y el punto de encuentro es Internet. La tecnología encamina nuestra forma de comunicarnos, de forma inexorable, hacia unas comunicaciones abiertas, instantáneas y con pocos límites. Seguridad y privacidad son los retos a terminar de superar, pero las relaciones personales y comerciales pasan por las redes sociales sí o sí. Es un hecho incontestable.
En el océano de Internet hay de todo: bueno, malo y regular. Y a veces es complejo promocionar lo que queremos mostrar al mundo, y eso que sabemos con certeza que es algo bueno, algo que a mucha gente le interesaría conocer, o que le gustaría comprar… El punto de partida es tener algo interesante para ofrecer, ya sea un producto, un servicio, una opinión,… Lo segundo es transmitirlo de forma interesante y en el formato adecuado (página web, red social,…). Lo tercero es un sistema de promoción que nos permita aumentar nuestra visibilidad en ese enorme océano al que nos referimos…
Estos sistemas abundan, y uno de lo más conocidos en España es Publisuites, una referencia en el sector actualmente. Este tipo de empresas se dedican a mejorar el posicionamiento en buscadores como Google (el famoso SEO), pero también abarcan las dos partes fundamentales del negocio digital: los que buscan promocionarse, pagando, y los que apoyan la promoción, cobrando. Son sistemas potentes que pueden ayudar a monetizar una página web por diversas vías, y por el solo hecho de tener registrada nuestra web tenemos la posiblidad de conseguir beneficios antes o después.
Quienes apuestan por limitarse a llenar sus webs de publicidad intrusiva o pop-ups (ventanas emergentes de publicidad) para ganar dinero, se equivocan. Son muchos los periódicos online, como caso más frecuente, que apenas se pueden leer debido a la cantidad de publicidad que contienen. Esto molesta a los usuarios, y aún entendiendo que una justa dosis de publicidad es necesaria, se termina por abandonar a las webs que nos bombardean sin pudor alguno con ventanas que se abren por doquier.
La conclusión es que tras la explosión digital, entramos en el tiempo de saber aprovechar y optimizar los nuevos recursos que tenemos a nuestra disposición. Si en un principio se creyó que la publicidad mantendría Internet, ya hace tiempo que cambió ese concepto. El conglomerado de las redes y la forma de interactuar entre ellas ha creado multitud de canales y formas de negocio, y el marketing digital abre todo un mundo por explorar.