Hoy ha venido a Caudete María Dolores de Cospedal, presidenta de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, para inaugurar, oficialmente, el Centro de Salud. No tuve el gusto de acompañarla en esta ocasión en su anhelada foto-inauguración, pero imagino que derrocharía simpatía y buenas palabras. Como si la estuviera viendo.
No dudo de que ha habido muchos avances en Castilla La Mancha durante el mandato de Cospedal, especialmente en la cuestión económica. Equilibrar cuentas es muy importante, y hay que reconocer que en esto el Partido Popular ha demostrado tener capacidad suficiente. El problema es que al cuadrar los números se descuadran muchas otras cosas, y hay que hilar muy fino para ser justo en el reparto. Las políticas de ajuste están llevando a que la economía se recupere, pero las heridas han sido tan profundas en tanta gente, que los ánimos no están para tirar cohetes.
Pero no quiero hablar de gestión económica, ni hacer un balance de gobierno. Hoy no toca, ya llegará el momento. Hoy quiero hablar de lo poco detallista que ha sido esta presidenta con el quinto pueblo de Albacete, es decir, con Caudete. Cospedal vino hace cuatro años en campaña electoral a pedir el voto de los caudetanos, y ante muchos de nosotros prometió asistir a nuestras Fiestas si el PP conseguía gobernar. Personalmente, la invité los dos primeros años… hasta que me di cuenta de que no iba a venir. Ha tenido ocasiones de visitarnos, y yo mismo la he oído decir a nuestro alcalde "Voy a ir a tu pueblo", cuando la hemos acompañado en algún acto en pueblos cercanos.
Cospedal ha visitado multitud de poblaciones; grandes, pequeñas y pequeñísimas. Ha estado varias veces a tiro de piedra, en Almansa, pero parece que no se conoce muy bien su propio mapa, porque a Caudete lo ha ignorado… Bueno, no: ahora que toca volver a pedir el voto, le han marcado en el GPS nuestro pueblo, en el que tiene varios miles de votos, y ha venido a inaugurar una obra socialista: el Centro de Salud.
En 2011 el Centro de Salud estaba prácticamente terminado. Quedaban algunas cuestiones por acabar, como las acometidas eléctricas o el asfaltado de la calle lateral, pero era una cuestión que no dudo de que podía haberse resuelto hace años de haber existido interés en ello por la Junta. El gobierno del socialista Lamata diseñó un buen centro de salud, pero el problema es que no podía pagarlo, y entre unas cosas y otras, este centro ha quedado finalmente como un valor electoral de primer orden.
De ahí el enfado de Page, claro… El líder de los socialistas castellano-manchegos ve ahora con impotencia cómo algo que se preparaba como un activo socialista para las pasadas elecciones… sirve ahora a su rival para las inminentes locales y autonómicas.
Tengo que decir que a mí estas cosas me repatean un poquito, porque indica lo poco que hemos avanzado. Todo sigue igual, y el mercadeo con los intereses de los ciudadanos se hace más patente que nunca cuando llegan las precampañas electorales. Lo hacía el PSOE, y lo hace el PP, y si algún día gobierna Podemos, lo hará también. Groucho Marx tenía una frase muy buena para definir la política: «Es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.»
Quizás llevase un poco de razón. ¡O mucha…!
En cualquier caso, ahí está el Centro de Salud, funcionando bien, bien gestionado y ofreciendo un buen servicio a los ciudadanos. Da igual si fue una obra socialista inaugurada por una presidenta popular. Lo que me importa es que sirva para lo que fue diseñado, y me consta que lo hace. Y aprovecho para agradecer desde aquí el interés y la profesionalidad de su personal, con el deseo de que poco a poco el Centro cuente con todos los servicios necesarios.