Se acerca septiembre, y Caudete empieza a rezumar Fiestas por todos sus poros. Los días se acortan, pero las noches se hacen largas e intensas. Los preparativos marcan las jornadas, y todo lo demás será «en pasar Fiestas». Comienza la cuenta atrás para un número de magia, un espectáculo de alegría en el que todos caben…
Los domingos de Novena van pasando, el Palo asoma ya por la torre de Santa Catalina… Y las cenas de las Comparsas, los conciertos, las guaridas,… Agosto ya es Fiesta.
Pronto partirán del barrio San Francisco los marciales Guerreros, con sus escuadras de «plumeros» y sus escuadras especiales, festeros en comunión con la música y con el ritmo que marcan los corazones ansiosos de Fiesta. Y los Mirenos, con su alegría y la gracia goyesca de sus mujeres. Y los Tarik, abriendo el bando moro con la ondulante cadencia de su paso. Y los Moros, espectaculares, explosión de colores y música de timbales. Y La Antigua, elegante y coqueta, la guinda a ese pastel llamado Entrada.
El día 7, muy temprano, la Patrona de Caudete, la Virgen de Gracia, no estará sola como cada día. Cientos de caudetanos estarán en el Santuario para acompañarla hasta su pueblo. Se volverá a completar el círculo de la tradición que nos legaron nuestros mayores. Y volveremos a sentir que todo está bien, que el mundo, nuestro mundo, todavía mantiene sus constantes vitales.
Y todos intentaremos ser felices. Compartir lo poco o mucho que tengamos, ser más amigos de nuestros amigos, ser más hijos, y ser más padres. Esos días, sí, es verdad: son especiales.
Hablo de Fiestas, y parece que hablo de algo trascendental. Pero es que, al fin y al cabo, ¿qué es trascendental en esta vida, si no es vivir en armonía con los que nos rodean? ¿No son los más trascendentales momentos aquellos en los que somos felices?
Os deseo Felices Fiestas. Por egoísmo, os lo deseo. Por egoísmo, porque en el fondo, siempre somos un poco más felices viendo felices a los demás. Así que disfrutad, y a los que leáis estas palabras desde fuera de Caudete, recordad: no dejéis de venir del 6 al 10 de septiembre.
Hay cosas que no se pueden contar. Sólo se pueden vivir.