El Mundial de Qatar nos está deparando sorpresas, algunas muy agradables para España, como la goleada por 7-0 frente a Costa Rica.

Pese a las críticas a Qatar por diferentes razones, algunas de mucho peso, los aficionados al fútbol siguen fieles a su deporte, y eso se refleja en las audiencias, incluso en las casas de apuestas deportivas, como Sportaza, que están en niveles de participación récord.

Pero si hay algo que da color a una competición es que ocurran cosas que nadie tenía previstas. Aunque estadísticamente siempre ocurre, nadie está preparado de antemano para ello.

Sorpresas en Qatar

• Sin duda, la derrota de la Argentina de Messi frente a Arabia Saudí es una de las sorpresas más sonadas hasta el momento en Qatar. La desolación en Argentina tras el partido contrastó con la alegría desbordada de Arabia, donde, incluso, se decretó un día de fiesta nacional en el país tras su victoria. Ni siquiera Messi pudo consolar a sus compatriotas con unas declaraciones posteriores al partido: el sentimiento de humillación recorrió Argentina de un lado a otro del país en unos minutos.
• Japón tampoco se queda atrás en cuanto a dar la campanada, y venció de forma totalmente inesperada nada menos que a Alemania, una de las selecciones favoritas de este Mundial. La prensa alemana no ha escatimado adjetivos a la hora de calificar la derrota de su equipo: «ridículo», «debacle», «deshonor»… Los titulares no han tenido piedad alguna con su selección y han dejado claro su profunda contrariedad.
• Túnez y Marruecos han empatado con equipos que, en teoría, son muy superiores. Pero el fútbol es el fútbol, y han dejado claro que hasta el pitido final no se puede asegurar nada en este deporte. Croacia y Dinamarca, respectivamente, han sido las «víctimas» en esta ocasión, y sus aficionados han quedado sumidos en el asombro y el desconcierto.

¿Qué más puede ocurrir?

Este es el misterio que aporta interés al fútbol, y en este caso al Mundial de Qatar. Visto lo visto, todo es posible, aunque la competición es relativamente larga. Al menos, lo suficientemente larga como para que, según se avance en la competición, los equipos vayan consiguiendo resultados más acordes con su categoría real.

Un error en un partido no puede servir como referencia. En muchos casos, derrotas inesperadas pueden hacer que a los equipos que las sufren les sirva de acicate en próximos encuentros.

Sin embargo, una segunda derrota sí puede indicar que un equipo teóricamente fuerte está en plena crisis, y la moral puede quedar muy tocada de cara a la parte final de las clasificaciones de grupo.