El salario mínimo interprofesional subirá a partir de 2017 hasta los 707,60 euros, frente a los 655,20 euros que se cobran actualmente. Estos 52 euros de diferencia que cobrarán los casi cinco millones y medio de españoles asalariados, suponen un respiro importante para media España. Al menos, el más importante desde hace 30 años.
Noticias como ésta nos permiten alegrarnos por mucha gente, porque aunque los autónomos no se vean directamente beneficiados, o los empresarios puedan considerarse perjudicados a priori, lo cierto es que la subida salarial, al final, beneficia a toda la sociedad. Un mayor poder adquisitivo fomenta el consumo, y el consumo activa la producción de bienes y servicios, y con ésta, la creación de empleo.
El riesgo de los incrementos salariales está en la pérdida de competitividad para las empresas, pero en la actual situación económica se ha estimado que la subida es asumible por las empresas de nuestro país. Eso es buena señal, y nos hace afianzarnos en la idea de que la crisis remite, aunque no lo haga igual para todos. Aún así, el horizonte no se presenta ya tan oscuro. Hay que tener en cuenta que el aumento supone más de 700 euros de ingresos anuales para quienes cobren el sueldo base. Afortunadamente, ya no estamos hablando de miserias, y sí de algo más contundente. Por supuesto, todavía no tenemos un sueldo mínimo equiparable al de otros países de nuestro entorno, como Francia, Alemania o Reino Unido, que rondan los 1.500 euros mensuales, pero este paso nos va poniendo en la buena dirección.
Parecía que la idea de diálogo y consenso entre nuestros políticos iba a ser la palabrería de siempre, pero mire usted por dónde, resulta que se lo han tomado en serio. En pocos días hemos visto varios grandes acuerdos, como el techo de gasto, la subida salarial o el acuerdo en Educación que ha detenido la LOMCE y pone las bases para que, por fín, se intente alcanzar ese ansiado Pacto de Estado en esta materia. También se estudia la subida salarial a los funcionarios para el año que viene. ¡Voilá! En un par de semanas han avanzado más que en un par de años… ¡Querer es poder!
Sería muy de agradecer que esta forma de hacer política continúe, porque las desavenencias entre diferentes formas de pensar son normales, pero la idea de que los ciudadanos son el verdadero objetivo tiene que estar meridianamente clara.
Es decir, gobernar para la gente.