Hay cosas que llegan, y como llegaron, se van… No ha sido el caso del ocio online, ni mucho menos. El entretenimiento digital bate récords cada año, y su éxito radica en poder compartir las experiencias lúdicas a través de Internet.
La aparición de los primeros videojuegos, allá por los años 80, supuso una revolución que, lejos de ser una moda, forjó los cimientos de una industria muy potente. El desarrollo de proyectos de juegos cada vez más complejos, obligó a evolucionar la tecnología informática de una forma mucho más rápida de lo inicialmente esperado, puesto que se necesitaba hardware y software cada vez más exigente para ofrecer productos más y más espectaculares.
Poco a poco, y con el acceso de la inmensa mayoría de ciudadanos a Internet, la tecnología fue uniendo el entretenimiento con la posibilidad de disfrutar del mismo de forma compartida. Hoy en día, la mayoría de videojuegos tienen sentido con conexión a Internet, y así lo demandan los usuarios.
Además de videojuegos, multitud de aplicaciones se utilizan, casi sin darnos cuenta, a través de Internet. La prueba es que si nos quedamos sin conexión, apenas podemos usar nuestro ordenador o teléfono móvil.
En España se ha consolidado, por ejemplo, una interesante oferta de plataformas de juego online, y buscadores que analizan estas plataformas, como http://www.casinos.com.es/. Seguridad, facilidad de uso y comodidad, son sus grandes bazas. Aunque nuestro país tardó más que otros de nuestro entorno, los juegos de azar han terminado por convertirse en una de las aficiones online más practicadas por los españoles.
Lo mismo ocurre con otros tipos de juego tradicionales, como la lotería, la quiniela o las apuestas en carreras de caballos, por citar algunos ejemplos, que multiplican su negocio a través de Internet, en detrimento del negocio tradicional en lugares físicos.
Pero, continuando con los videojuegos, hay que reconocer que el futuro que tienen por delante es extraordinario. Hay que pensar que cada vez es más delgada la línea que separa el cine y los videojuegos. Ya existen actores digitales que participan en películas, y actores humanos que son protagonistas de videojuegos. La tecnología ha llegado a un punto en el que ya es posible recrear por ordenador procesos naturales de manera asombrosa: movientos de materiales como el agua, u otros fluidos, el viento, el crecimiento vegetal, fenómenos atmosféricos…
Los campeonatos de videojuegos en vivo son ya una realidad, y los gamers han pasado a formar parte de la élite reservada a artistas o deportistas profesionales. ¿Quien iba a imaginarlo hace 30 años?
Por lo tanto, se puede decir que nuestro entretenimiento pasa, en buena parte, por la tecnología. Nuestra dependencia tecnológica es muy alta, algo que no tiene por qué ser malo. Como siempre, el término medio y el sentido común serán siempre nuestros mejores aliados.