Los partidos que se presentaron a las pasadas elecciones en Caudete prometieron, en su mayoría, transparencia. De momento, es la tónica general de cara a la Sesión de Investidura para elegir al alcalde que tendrá lugar el próximo sábado.
No parece que vayamos a tener una jornada demasiado tensa para la votación e investidura de José Miguel Mollá como alcalde de Caudete. A tenor de las declaraciones de todos los grupos políticos, cada cual va a votar a su candidato, lo que permitirá la investidura de Mollá por otros cuatro años sin mayores complicaciones. Teniendo en cuenta los resultados electorales y el espectro político resultante, con nueve concejales de centro derecha y ocho de izquierda, y centro izquierda, siempre es de agradecer que no se hayan producido pactos disparatados, o, como se suele decir, «anti-natura», porque esto suele crear mucho malestar entre los ciudadanos.
Lógicamente, los que no querían que José Miguel Mollá repitiese como alcalde no estarán contentos, pero lo que es cierto es que todo el mundo comprende que el PP ha sido, con diferencia, la lista más votada, y que es lógico que el alcalde sea él. Alguien me podría decir que en 2011 el PP no fue la lista más votada, por unos cincuenta votos, pero el caso no era el mismo que ahora porque Chimo Medina tenía todo el poder de decisión en sus manos. Incluso en el momento de la investidura no se debía prácticamente a ningún partido, porque dimitió toda la lista de UPyD. Aquella fue una decisión de quien podía hacer lo que estimase oportuno, aunque de antemano se sabía el poco cariño que Chimo profesaba a Sánchez Mira.
Hoy, a escasos días de la nueva investidura, los cinco partidos están demostrando coherencia y transparencia en sus decisiones. Todos han entendido el mensaje de que, por una parte, el PP ha sido el más votado, pero, por otro lado, también que la necesidad de entendimiento entre diversas ideas muy distintas va a ser imprescindible para que Caudete siga adelante y la gobernabilidad sea posible.
Yo estoy convencido de que este mandato va a tener otra cara, y menos aristas. El debate de las ideas, incluso encendido, no tiene que estar reñido con el respeto y la educación. Es lo deseable, para que el ciudadano perciba que sus representantes en el Consistorio trabajan a una por sus intereses, y no por sus partidos, o por enzarzarse en rencillas personales que no conducen a nada.
¿Qué situación recibe en herencia el nuevo gobierno? Con total seguridad, muy distinta a la de hace cuatro años. En 2011, la situación se había desbocado de tal modo, que el inicio del mandato fue tan penoso como tener que ir suplicando para que alguna empresa llenase los depósitos de carburante de los vehículos municipales. Y tener que reunir en el auditorio a los trabajadores municipales para comunicarles que no se les podía pagar la extra porque era literalmente imposible… tampoco fue de los momentos más agradables. Por cierto, siempre habrá que agradecer a estos trabajadores su comprensión y su solidaridad en aquel y en otros momentos parecidos.
Hoy, la situación, siendo económicamente mala, está mucho más estabilizada. Los proveedores están cobrando a los dos meses, está garantizado el sueldo de los trabajadores al menos por todo el ejercicio y, ¡eureka!, ¡se puede echar combustible! Los servicios se han mantenido en su mayor parte, aunque es cierto que se han quedado algunas cosas por el camino que, con toda seguridad, habrá que revisar en este nuevo período.
A nivel autonómico, tal y como ocurre en el resto de España, esos pactos «anti-natura» sí se están dando. De hecho, en Castilla La Mancha la noche electoral García-Page, sin haber ganado, lloraba de la emoción, pues se sabía presidente de la Comunidad desde ese mismo momento con el apoyo de Podemos. Esto demuestra algunas cosas que merecerán ser tratadas en otro editorial, pero sí que quiero destacar que ni la Diputación, ni la Región, van a estar en manos del Partido Popular. ¿Va a suponer esto un hándicap para el próximo gobierno municipal? Yo estoy seguro de que no. Durante los pasados cuatro años, Caudete ha recibido del gobierno regional más bien poco. En este sentido, la verdad… sólo cabe mejorar. Cierto es lo de la crisis, los recortes, las prioridades… pero, aún así, Caudete ha recibido unas ayudas tan justitas que, como digo, sólo es posible que la cosa mejore o, en el peor de los casos, nos quedemos como estamos en cuanto a ayudas regionales.
Por lo tanto, termino felicitando a José Miguel Mollá por su más que previsible reelección como alcalde de Caudete, y también a los partidos políticos que van a conformar el nuevo Consistorio caudetano, pues tanto en la campaña, como en sus decisiones posteriores, están demostrando unas nuevas formas de hacer política que espero que se mantengan a lo largo de los próximos cuatro años.
Voy a hacer un añadido a este editorial, sin que sirva de precedente, a petición de Chimo Medina. Chimo me pide que añada que hace cuatro años se reunieron dos veces veinte personas para decidir a quien votar en la sesión de investidura. Es decir, quiere dejar claro que no fue una decisión personal, sino que todo su grupo partició en la decisión de votar al Partido Popular. Dicho queda, pues.