Blanca y radiante iba Vicky, la novia, que se había enfundado su traje nupcial para hacerse el reportaje fotográfico de su boda con Miguel Ángel. Eran poco más de las cuatro de la tarde cuando iban a iniciar la sesión de fotos a cargo de un fotógrafo ilicitano que les había aconsejado desplazarse para ello a un lugar paradisíaco de la costa de la Marina Alta: la Cova Tallada, en término de Xàbia junto al linde con Dénia. Pero el retratista no pudo llegar a apretar el botón de su cámara. A los tres les sorprendió el incendio que había empezado en el cabo de Sant Antoni. El humo y el fuego asomaban ya amenazantes en lo alto de los escarpados acantilados.
En esos momentos había varias decenas de personas en la Cova Tallada. A algunos les dio tiempo a abandonar la zona a pie. Pero 25, entre ellos los tres protagonistas de esta historia, tuvieron que ser evacuados por mar en embarcaciones de la Cruz Roja, que les llevaron a salvo hasta el puerto de Dénia.
Es sólo una -quizás la más pintoresca- de las centenares de historias de quienes tuvieron que ser desalojados en la tarde de este jueves en les Rotes, por el devastador incendio iniciado en pleno parque natural del Montgó, en la zona dels Molins del cabo de Sant Antoni.
Los propios protagonistas narraban la peripecia ya en el pabellón deportivo de Joan Fuster donde se dio cobijo a los desalojados en Dénia. “Me acababa de poner el traje y a los dos minutos me lo tuve que quitar” sin que comenzara la sesión fotográfica, recordaba la joven esposa, natural de Almansa (Albacete), acompañada de su marido, Miguel Ángel, de Caudete. Ambos residen en la actualidad, no obstante, en Barcelona por motivos laborales.
Su principal temor era ahora el destino corrido por sus coches, que se quedó aparcado en una de las zonas más afectadas por el incendio: el final de la carretera de les Rotes. “Imaginamos que habrán ardido”, temía Miguel Ángel.
En lo que coinciden los dos miembros del joven matrimonio es en que no olvidarán lo vivido, y en que es “una pena” que ardiera un paraje como el de la Cova Tallada, que les había sorprendido por su belleza.