Vicente Penadés Villaescusa se acaba de jubilar, al igual que otros tres policías locales. Han sido más de 38 años de policía y 31 años de profesor de taekwondo, y el pasado fin de semana se despidió de sus alumnos en un sencillo pero emotivo acto.
Vicente es una persona agradable y educada. Su labor en la Policía Local ha sido larga, así que ha pasado por muchas fases, muchos alcaldes y muchas vicisitudes. Gajes del oficio, claro… Me contaba algunas anécdotas de su dilatada experiencia, y su visión de la situación actual, que no es demasiado optimista.
Siendo un apasionado de su oficio, también lo es del taekwondo, un deporte que en los últimos años ha desarrollado junto a su hijo, Vicente como él. El pasado sábado quiso despedirse especialmente de sus alumnos, a los que ha tratado de inculcar, ante todo, y por encima de todo, el respeto y los valores más nobles del deporte.
Y allí estuvieron sus discípulos, junto a algunos padres, y entre todos se le hizo un pequeño homenaje tras la comida en el DiMauro. Merecido homenaje, sin duda, donde quedó patente el cariño que los pequeños sienten hacia él, y el que Vicente siente hacia ellos…
No faltaron las lágrimas de emoción, unas lágrimas sinceras, de esas que no hace falta forzar porque brotan solas, sin dificultad. Han sido muchos años enseñando y disfrutando de enseñar, y ahora comienza otra fase en su vida, en la que tampoco piensa parar demasiado.
Esta, como véis, es una historia sencilla, pero me apetecía contarla, precisamente por eso… Cada vez huyo más de hablar sobre esa actualidad que nos cuentan, de eso que llaman política o del mundanal ruido. Sin duda, lo haré, pero es mucho más gratificante vivir y contar experiencias agradables, humanas, por aparentemente pequeñas que sean…
Caudete Digital