Me vais a permitir un artículo un poco más técnico de lo normal, aunque pienso que os puede ser de utilidad… El nuevo Windows ya está aqui para demostrarnos con qué elegancia se puede recular cuando las cosas no funcionan. Windows 10 está a nuestro alcance a un precio muy competitivo: cero euros.
Es probable que a muchos de vosotros os haya aparecido un pequeño símbolo blanco de Windows abajo, a la derecha, junto al reloj de vuestro ordenador. Muchos creeréis que está ahí toda la vida, y otros pensábais que era un mota de suciedad que teníais previsto limpiar un día de éstos, pero lo cierto es que ahí se esconde un pequeño gran secreto: la actualización a Windows 10. Los que usáis sistemas operativos del Vista hacia arriba (nada de XP…), como Windows 7 o Windows 8, podéis pulsar en el botón, meter vuestro correo electrónico… y nada más.
A partir de ahí, el sistema se instalará él solito si dejáis el ordenador inactivo unas horas. Vamos, que no lo apagáis… Si todo va bien, la actualización a Windows 10 será cuestión de horas, o de un par de días como mucho si se complica la descarga de archivos. La pregunta es, ¿si tengo el Windows pirata puedo actualizar? Bueno, me consta que sí… Los chicos de Windows tampoco parece que pongan muchas pegas al asunto. Bill Gates quiere dejar la era limpia, y consciente de que el 80% de los usuarios son piratas empedernidos, parece haber pensado que más vale una amnistía general que ponerse a malas, máxime con sistemas operativos gratuitos atacando fuerte, como Android, u otros, como Apple, que pueden hacer temblar algunos cimientos de Redmond a medio plazo. En cualquier caso, si tienes un Windows pirata consulta por Internet cómo hacerlo para evitar frustraciones innecesarias.
Metidos en el asunto en sí, tengo que decir que la actualización al nuevo sistema operativo es prácticamente impecable, aunque cierto es que a algunos usuarios les puede causar algún problema, sobre todo con el hardware del equipo si éste es un poco antiguo. La aplicación de instalación nos lo dirá de antemano, por lo que no está de más probar, y si todo es correcto, aceptar la actualización.
Windows 10 es el primer sistema operativo que me gusta desde el primer día, ya que es un compendio de las cosas buenas de los últimos sistemas lanzados por los de Redmon. Han dado varios pasos atrás respecto a la anterior versión, 8.1, y vuelven cosas como el botón de inicio, tan práctico como siempre. Trae novedades sustanciales, como el asistente Cortana, que puede resultar muy útil si nos decidimos a usarlo, los escritorios virtuales, o la gran flexibilidad que incorpora, ya que el mismo sistema es válido para ordenadores, portátiles, tabletas o dispositivos móviles.
La estabilidad y la seguridad son muy robustas, y es ciertamente difícil que arroje errores de sistema, aunque no son descartables, claro está. Pero utilizar Windows 10 supone estar a la última en tecnología, preparado para instalar cualquier tipo de aplicación o periférico. Y todo esto con unos requerimientos de equipo inferiores a otros Windows, ya que con 1 Gb. de memoria es posible instalarlo sin ningún problema.
Aunque la apariencia sea similar a Windows 7 – 8, pues tendremos nuestro escritorio con nuestras personalizaciones anteriores, detrás se esconde un sistema totalmente nuevo, reescrito completamente, lo que ha permitido olvidar algunas compatibilidades ya obsoletas que lastraban su evolución.
El precio de cero euros se mantendrá un tiempo, luego parece ser que tendrá un precio superior a los cien euros, así que si quieres estar a la última… ¡adelante!