¡Lo que faltaba! Ya no nos queda ni el consuelo de un buen bocadillo de jamón para olvidarnos del mundanal ruido. Resulta que la carne en general, y la procesada en particular, ¡son alimentos cancerígenos!
No pasa mucho tiempo desde una alarma alimentaria a otra. Todos tenemos en mente las vacas locas, los pollos con gripe aviar o con dioxinas, o la peste porcina. El sobresalto que se produce en la sociedad ante estas noticias corre a la velocidad de la luz a lo largo del planeta, y en poco tiempo todos estamos angustiados por si nos habremos metido un filete de vaca loca entre pecho y espalda. Ahora le toca a la carne procesada, es decir, a las salchichas, jamón, chorizos, cecina… Ah, ¡y la carne roja está bajo sospecha!
A mi corto entender, provocar esta alarma de manera tan gratuita me parece francamente mal. Porque una cosa es que se hubiese detectado un problema en una marca o en un producto concreto, pero generalizar de esta manera sobre prácticamente toda la carne, es decir, sobre uno de los pilares de la alimentación humana, suena raro. De hecho, cuando se profundiza en el estudio, queda claro que esto no está claro…
Parece ser que un consumo de 50 grs. de carne procesada al día podría aumentar un 18% las probabilidades de tener un cáncer de colon, aunque el propio estudio indica que no se puede atribuir taxativamente y de forma total a este consumo de carne. El estudio dice literalmente «pese a este conocimiento, todavía no se comprende plenamente cómo se incrementa el riesgo de cáncer por la carne». Pues hombre, si no se sabe, mejor asegurarse antes de liarla parda, porque la industria mundial de la carne está que trina, y no es para menos.
Lo más curioso es que las conclusiones finales del estudio de la OMS dicen, en esencia, lo que ya se sabía: que el consumo moderado de carne es algo saludable, y que los beneficios superan a los perjuicios. Todos conocemos ya que los conservantes artificiales, los colorantes y otros aditivos alimentarios no son sanos, y desde que yo era pequeño se conocen los efectos nocivos de los mismos. Muchísimos se han ido prohibiendo y eliminando de la industria alimentaria, y lo que hay que hacer es seguir investigando en este sentido y evitar que llegue al consumo humano todo aquello que se constate que es tóxico.
Entonces, ¿por qué publicar en todos los medios del mundo una noticia con un titular tan brutal como que el consumo de carne produce cáncer? Muchísimas voces se están levantando para denunciar intereses ocultos tras este anuncio, aunque saber la verdad, como siempre, va a ser difícil. Lo que sí es cierto es que aunque los resultados del estudio fuesen reales al cien por cien, no se está hablando de ninguna pandemia, ni nada por el estilo. Se pone de manifiesto que el abuso de las carnes procesadas, especialmente aquellas que incorporan ciertos aditivos, eleva un poco el riesgo de tener cáncer, pero hay que situar las cosas en su justo término. Por ejemplo, fumar mata a más de un millón de personas al año en todo el mundo. El alcohol, unas seiscientas mil, y por la contaminación del aire mueren unas doscientas mil personas al año. Según el estudio, el abuso de carnes preparadas podría matar unas treinta mil personas al año en todo el mundo.
Con estos datos, cada cual que saque sus conclusiones. No sé si Antonio Recio, de «La que se avecina», habrá manipulado el informe para aumentar su imperio, pero yo creo que lo mejor es comer de todo con moderación. Yo no voy a renunciar a los bocadillos de jamón, ni a un buen entrecot poco hecho, porque, además, su propio precio ya se encarga de moderar su consumo a límites más que razonables…