No es broma. En colegios de la provincia de Alicante se ha repartido entre los alumnos una agenda en la que se indica lo que, a juicio de los independentistas, son los paisos catalans. Entre los términos municipales acotados están Yecla y Jumilla.
Y no sólo eso, sino que, encima, Yecla quedaría dividida en su término municipal, por lo que una supuesta independencia de esos paisos catalans dejaría a una parte catalana, y a otra española. Así lo indica claramente la agenda que ha distribuido L’ONG del Català, como se denomina la asociación, y que se define a sí misma como una organización no gubernamental que trabaja para promover la lengua catalana como herramienta de cohesión social.
La presión independentista llega más allá de lo que pensamos. Y, como vemos, en esa deriva no importa utilizar a los niños para adoctrinarlos políticamente, con la permisividad de las autoridades competentes, tanto nacionales, regionales, provinciales, locales y hasta de los mismísimos centros educativos. Por supuesto, no en todos, ni mucho menos, pero en un alto porcentaje en Cataluña, y en un bajo-medio porcentaje en Valencia y Baleares, donde cada vez hay más denuncias por cuestiones del bilingüismo.
Y es que hace unos meses se puso en marcha en Valencia un nuevo decreto de plurilingüismo escolar, y las viejas hostilidades por la lengua han vuelto a surgir en esta Comunidad. Se vuelven a radicalizar las posiciones respecto a un tema, la lengua, que sirve de arma arrojadiza perfecta entre los políticos de turno, que tratan de llevar a la calle el debate, algo muy de moda cuando la capacidad política es nula por parte de todos.
La influencia catalana en Valencia y Baleares es más que notable entre ciertos partidos políticos. La verdadera esencia de esas querencias, en mi opinión, tiene más que ver con el enfrentamiento hacia los grandes partidos nacionales, PP o PSOE, y en el rechazo al modelo de Estado, que en una defensa real de valores independentistas o lingüisticos.
Es algo parecido a lo que ocurre con el independentismo catalán… ¿Qué hace Podemos, con su base ideológica comunista, apoyando el nacionalismo? ¿Puede haber algo más contrario al comunismo, que el hecho de que una parte de la población se quiera separar para no compartir su riqueza con el resto? Sin embargo, lo apoya, pero porque todo aquello que debilite o golpee el modelo de Estado actual, con la esperanza de que se rompa y pueda cambiar, les viene bien. No por otra cosa, y en esto están de acuerdo algunos conocidos de Podemos con los que tuve ocasión de hablar en Madrid hace unos días.
En cualquier caso, yo creo que Yecla puede estar tranquila. Ante las fantasías de los secesionistas, nada mejor que el humor. Todo lo que acontece estos días en Cataluña parece impregnarlo todo, y si no fuese tan grave, realmente daría para una obra de Carlos Arniches. Y como protagonista, tal vez Santiago Segura, ataviado a lo Torrente y con una peluca más grande, haría un buen Puigdemont.