Ayer tuvo lugar una agresión con navaja a un joven de Caudete. Ha sido la gota que ha colmado un vaso que estaba a punto de rebosar desde hacía mucho tiempo. De hecho, no hace muchos días que escribí un editorial sobre la delincuencia que estamos sufriendo en Caudete, y sobre lo hartos que estamos todos de esta situación. La semana pasada mantuvimos varias reuniones los portavoces de todos los grupos políticos del Ayuntamiento (PP, PSOE, Chimo Medina y yo mismo) para tratar este tema, porque todos lo consideramos prioritario, y si algo quedó claro fue la extrema dificultad que tenemos para adoptar medidas realmente eficaces si desde la Subdelegación del Gobierno de Albacete no se adoptan de inmediato acciones de urgencia. Hay que recordar que la responsabilidad final de la seguridad ciudadana es de la Subdelegación del Gobierno, y que las fuerzas de seguridad son las únicas que pueden actuar contra los delincuentes.
El problema de base reside en las leyes vigentes, en especial la Ley del Menor. No cabe la menor duda de que la impunidad de la que en estos momentos gozan los menores ha ido generando una confianza excesiva, facilitando la creación de pequeños grupos de delincuentes que se dedican, sobre todo, a causar daños tanto en propiedades particulares como municipales. El problema de ayer, además, en el que hay una agresión por parte de alguien que ya ha estado en prisión, viene a sumar tensión al ambiente.
Los comentarios están en la calle: se está creando una lista de personas dispuestas a acciones, digamos, más "directas". Es decir, hay gente dispuesta a tomarse la justicia por su mano. Y esto, que es comprensible, es también tremendamente peligroso y contraproducente. El problema está en que la impotencia y el temor tienen un límite, pero cuando ese límite se rompe, las consecuencias pueden ser imprevisibles.
Hay que pensar que, normalmente, en estas situaciones pagan justos por pecadores. Del mismo modo que ahora las personas honradas sufrimos las consecuencias de los delincuentes, no podemos permitir que ahora también paguen quienes, probablemente, no tengan culpa, que al fin y al cabo, es la gran mayoría. Porque no se puede generalizar y meter a todos en un mismo saco, aunque sea lo más fácil.
La solución pasa por abrir todos los frentes posibles. Se ha hablado de pedir una nueva Junta de Seguridad Local, con todos los responables implicados: Subdelegación del Gobierno, Guardia Civil, Policía Local, etc. Ya se hizo una hace unos meses, pero por mi parte, ¡que se haga otra! Se ha hablado de convocar una manifestación para mostrar el malestar del pueblo ante las instituciones responsables (Subdelegación, Fiscalía, etc.). También soy partidario. Incluso de que, si no hay reacción, hacer esa manifestación en Albacete. Yo estoy dispuesto a participar en todo ello. Hasta el momento no he visto esa unanimidad en todos los grupos, pero siguen las reuniones y siguen las propuestas. Lo que no podemos dejar los políticos es que se llegue al extremo de que sean los ciudadanos los que tengan que actuar.
Yo pido sentido común. Sobre todo, porque se puede dar el caso de que personas honradas arruienen su vida, y las de sus familias, en un momento de rabia y de calentón. Pese a que me sumo a esa rabia, hagamos presión para que quienes tienen que actuar, actúen lo antes posible. Urgen medidas de emergencia en el municipio, y un plan de seguridad serio para el futuro que convierta a Caudete en un lugar donde se pueda vivir en paz.
